Nos acercamos al final de uno de los años más atípicos que se recuerdan a muchos niveles, entre ellos el financiero. Los mercados han experimentado volatilidades extraordinarias. Pero hay uno que ha resistido con fuerza: el mercado de divisas internacionales o Forex. ¿Rendirá más que el bitcoin en este último tramo del año? ¿Y qué cabe esperar del bitcoin? ¿Siguen con pulso los mercados de valores? Sigue leyendo para salir de dudas.
El bitcoin se encuentra en un punto de indecisión
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A medida que pasan los días y el rango de cotización lateral del bitcoin va dando síntomas de debilidad, comienzan a resurgir las voces que auguran otro desplome en la cotización, similar al registrado el pasado mes de marzo. Lo cierto es que este año está siendo extraño para el bitcoin, ya que el esperado efecto catalizador del halving, o reducción de recompensas, que se produjo en mayo no ha sido tan grande como se esperaba. Si a ello le sumamos que los grandes inversores todavía consideran que el bitcoin es un activo de riesgo, es comprensible que el mercado muestre síntomas de indecisión ante la incertidumbre que todavía vivimos. Por otro lado, comprobamos como cada vez son más los hedge fund y las empresas que adquieren bitcoin de cara a una probable revalorización, especialmente debido a la tendencia alcista que lleva inscrita en su ADN. Y es que no debemos olvidar que, a diferencia de las monedas tradicionales, hay un tope de unidades en circulación que ejerce una presión al alza a medida que los compradores van agotando una oferta limitada.
El mercado de divisas se beneficia de su cotización por pares
Si hay un aspecto que caracteriza bien al mercado Forex es que en él se opera sobre los movimientos en las cotizaciones de pares de divisas como el euro-dólar o la libra-euro. Es decir, se trata de especular en la correlación entre dos activos y no sobre un activo en sí mismo. Esto permite operar con garantías en mercados turbulentos como el de este año. Además, las plataformas comparadoras como Top Rated Forex Brokers nos facilitan la vida. Clasifican los mejores brókeres para operar en este mercado e incluyen bonos de bienvenida, horquillas y comisiones aplicadas, entre otros datos de interés. La guinda del pastel la pone el respaldo institucional de este mercado. Cada divisa Forex tiene el apoyo de sus respectivos bancos centrales (como la FED o el BCE), por lo que su atractivo resulta irresistible en tiempos de crisis como los que estamos atravesando. Este mercado exige a cambio de estas ventajas, eso sí, prestar una gran atención a las noticias monetarias.
El mercado de acciones, alto voltaje para los inversores
Invertir en acciones en la recta final de 2020 puede salirnos muy bien o muy mal, ya que la incertidumbre macroeconómica es grande a día de hoy. Actualmente, los imprevistos debido a las restricciones propias de la pandemia complican enormemente las predicciones de todo tipo de resultados empresariales. Indicadores como el consumo, la inflación o la tasa de desempleo no invitan a comprar activos, ya que apuntan a una ralentización clara del ciclo económico. Pero el exceso de miedo que ha llevado a la sobreventa de algunos títulos bursátiles hace que sea difícil no apostar por la recuperación. En la mente de muchos inversores están recientes los fuertes rebotes registrados en las principales bolsas del mundo tras el crac de marzo. Lanzarse a la bolsa en estos tiempos puede ser una buena opción para inversores con mucha sangre fría, nervios de acero y una estrategia clara de entrada y salida.
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En resumidas cuentas, la coyuntura no es sencilla para ninguno de los activos que hemos reseñado. El bitcoin ofrece el riesgo asimétrico de siempre, pero probablemente a cambio de tener que sufrir todavía el enésimo desplome de este mercado criptográfico bajista que no termina de irse. El Forex nos da las garantías del respaldo institucional y de no operar sobre activos sueltos, pero nos exige estar al tanto de los acontecimientos financieros para no errar el tiro. La bolsa nos ofrece un gran potencial de rentabilidad, pero a cambio de unos riesgos no asumibles por todos los inversores este año. Y tú, ¿con qué te quedas?
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