En un reciente informe publicado por el Banco de Pagos Internacionales, se analiza una encuesta sobre los bancos centrales que exploran las CBDC. Se realizó una encuesta reciente a 81 bancos centrales para evaluar el grado en que participan actualmente en los trabajos de moneda digital del banco central (CBDC), así como sus motivaciones e intenciones con respecto a la emisión de CBDC.
Durante la encuesta, realizada en otoño de 2021, también se preguntó a los funcionarios de los bancos centrales sobre las stablecoins y otros usos de la criptomoneda en sus jurisdicciones.
Está ganando impulso
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) se creó en 1930 y representa a 63 países de todo el mundo que, en conjunto, representan alrededor del 95% del producto interior bruto (PIB) mundial. Su sede central está en Basilea (Suiza) y cuenta con dos oficinas de representación en todo el mundo: en la Región Administrativa Especial (RAE) de Hong Kong y en Ciudad de México, además de centros de innovación en todo el mundo.
A lo largo del año 2021, el trabajo sobre los CBDC cobró aún más fuerza. Se prevé que en los próximos años el número de países alcance el 100%. Por ejemplo, las Bahamas lanzarán un CBDC, el Sand Dollar, en 2020, antes de que Nigeria lance el eNaira en 2021, y el Caribe Oriental y China emitirán sus respectivos DCash4 y e-CNY en 2022. Y, sin duda, habrá más: una proporción sin precedentes de bancos centrales, el 90%, está participando en iniciativas de CBDC.
El año 2021 también fue un año excepcional para la industria de las criptomonedas, que experimentó un crecimiento significativo en el mercado de criptoactivos y stablecoin, según el informe. Se ha informado de que casi seis de cada diez bancos que respondieron a la encuesta han podido acelerar su trabajo de CBDC como resultado de este crecimiento.
Además de reforzar la colaboración entre los bancos centrales, esto también ha sido decisivo para vigilar las implicaciones de las criptomonedas y las stablecoins para la estabilidad financiera, así como para intentar coordinar los enfoques reguladores para minimizar sus riesgos para el sistema financiero.
Aproximadamente nueve de cada diez bancos centrales están explorando la idea de las monedas digitales del banco central (CBDC), y más de la mitad ya las están desarrollando o realizando experimentos prácticos. En particular, se ha producido un avance considerable en el desarrollo de CBDC minoristas. El desarrollo de Covid-19 se ha visto impulsado por la aparición de stablecoins y otras monedas, así como del propio Covid-19.
Las CBDC han ganado mucha tracción en las economías desarrolladas, donde las autoridades bancarias afirman que el aumento de la estabilidad financiera es un factor que motiva su participación en los CBDC.
Los bancos centrales consideran que los CBDC son capaces de aliviar los principales puntos débiles asociados a los actuales sistemas de pago, como su limitado horario de funcionamiento, la longitud de las cadenas de transacciones y otros factores.
