Las criptomonedas volvieron a experimentar un considerable desplome el viernes, acercándose a su peor semana desde el colapso de marzo de 2020. Algunos de los principales bancos centrales han aplicado políticas más estrictas con la esperanza de abordar la inflación de cualquier manera posible. Esta medida ha dejado a muchos inversores en criptomonedas en vilo, haciendo que se preocupen por cualquier crecimiento futuro.
Según los economistas del Bank of America, la inflación, así como la agitación causada por la guerra y los cierres en China, han desempeñado un papel importante en el descarrilamiento de la economía mundial. Así, se podría esperar una posibilidad de recesión del 40% en Estados Unidos para el próximo año. La aplicación de una política más estricta por parte de la Reserva Federal podría allanar inevitablemente el camino hacia la recesión.
La perspectiva de tasas más altas presiona a las criptomonedas
Desde principios de 2022, las criptomonedas, las acciones y las materias primas han sido víctimas de una volatilidad extrema. Vale la pena mencionar que el aumento continuo de las tasas de interés provocaría el aumento del mercado de valores, así como la volatilidad de las criptomonedas. Puesto que la Fed ya ha insinuado numerosas subidas. Además, sugiere que este mismo año resultaría muy volátil para estos activos.
Una mayor volatilidad sugeriría inevitablemente un mayor grado de negatividad que se inyecta en el mercado de criptomonedas. Además, otros mercados financieros también experimentarán un impacto negativo. Por otro lado, esto no eliminaría la posibilidad de una debilidad a corto plazo. Pero la situación en sí misma se refleja claramente en los mercados.
Las criptomonedas se han descrito a menudo como una cura para situaciones como la inflación, los tipos de interés más bajos, el escaso poder adquisitivo, etc. Además, las criptomonedas han respondido a la menor liquidez, al igual que otros activos de riesgo, enfrentándose a un descenso considerable. Eso ocurrió cuando la Fed dejó claro que finalmente empezaría a reducir sus compras de bonos.
Mirando hacia el futuro, es inevitable que las criptomonedas se establezcan como un neto positivo dentro del mismo año. Cualquier descenso a corto plazo respaldado por el aumento de los tipos se vería compensado por una mayor adopción institucional, incluida la de los operadores activos minoristas.
El aumento de los tipos, así como la inflación, crean una mayor volatilidad para los inversores. A este respecto, estos factores de riesgo podrían verse superados por unos fundamentos económicos mucho más sólidos. Teniendo en cuenta estos sólidos fundamentos, lo mejor para los inversores sería atenerse a sus planes a largo plazo. Estos tiempos difíciles sólo ponen a prueba la paciencia de los inversores y los operadores.
