Puntos clave de la noticia:
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Un joven de 21 años intentó robar un exchange cripto físico en San Petersburgo detonando granadas de airsoft y una bomba de humo.
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La policía lo detuvo en el lugar, hallando más dispositivos sin activar, y ahora enfrenta cargos por robo agravado.
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Los ataques físicos relacionados con criptomonedas están aumentando globalmente, impulsando la necesidad de mayores protocolos de seguridad para empresas con oficinas presenciales.
La policía de San Petersburgo detuvo a un hombre que intentó robar las reservas de criptomonedas de una casa de cambio física usando granadas de airsoft y una bomba de humo.
¿Cómo fue el Ataque?
El ataque ocurrió el 22 de noviembre dentro de una oficina ubicada en Khersonskaya Street, en pleno centro de la ciudad, cerca de lugares como el Hermitage. El detenido tiene 21 años, está desempleado y proviene del Óblast de Leningrado. Entró al local, activó dos granadas de airsoft, encendió un artefacto de humo y exigió que los empleados transfirieran todas las criptomonedas de la empresa a wallets bajo su control.
La policía intervino inmediatamente. Los agentes ingresaron al edificio, redujeron al sospechoso y encontraron que todavía llevaba dos granadas adicionales sin detonar. El Ministerio del Interior desplegó especialistas en explosivos para verificar que el lugar no contara con dispositivos que pudieran causar daño real.
El hombre quedó detenido en el mismo sitio del ataque y enfrenta cargos por robo agravado según el artículo 162 del Código Penal de Rusia. La identidad del exchange no se hizo pública en los comunicados oficiales, pero registros de Yandex muestran que el edificio alberga las oficinas de Yzex, una casa de cambio que opera incluso los fines de semana.
Una Nueva Amenaza para la Industria Cripto Comienza a Consolidarse
Los ataques violentos contra inversores, ejecutivos o empleados vinculados a criptomonedas muestran una tendencia al alza. Los incidentes físicos contra personas relacionadas con la industria aumentaron 54% este año y los atacantes se llevaron aproximadamente $16 millones en total. La digitalización del dinero no eliminó el delito tradicional, sino que amplió el espectro de riesgos para empresas y usuarios que trabajan en el sector.
El intento de robo también muestra una realidad que se extiende más allá de Rusia: cada vez más exchanges físicos, mesas OTC o proveedores de servicios criptográficos operan oficinas presenciales. Esas instalaciones mantienen infraestructura crítica, cajas fuertes, dispositivos con claves privadas o personal autorizado para firmar transacciones. La expansión de estos centros amplía la superficie de ataque para delincuentes que buscan apoderarse de criptomonedas sin pasar por hackeos o ingeniería social.

Las compañías cripto que operan con presencia física deben adoptar protocolos de seguridad avanzados, entrenamiento para su personal y sistemas que bloqueen la capacidad de ejecutar transferencias forzadas bajo amenaza. La aceleración de este tipo de crimenes confirma que el riesgo se trasladó desde la capa puramente informática hasta el plano de la seguridad personal y corporativa.