2018 ha sido un año de ajuste para las criptomonedas. Debido a ello la mentalidad de nuevos inversores en Bitcoin ha cambiado sustancialmente en relación a la que llevó a un gran número de personas sin experiencia previa en criptoinversiones a adentrarse en este campo.
El nuevo inversor en Bitcoin que se ha incorporado en los últimos meses es consciente de los peligros que implica mucho mejor que quienes se subieron al carro en plena euforia especulativa a finales del 2017.
Son ya sobradamente conocidos los casos de muchas personas que pidieron préstamos e incluso hipotecaron sus casas para obtener dinero con el que invertir en Bitcoin, esperando retornos millonarios en cuestión de meses.
La caída de Bitcoin ha supuesto la ruina de casi todos estos inversores, lo que ha servido de advertencia para aquellos otros que, en lugar de dejarse llevar por el deseo de rápidos beneficios, tuvieron la prudencia de dedicar un tiempo a conocer mejor el terreno que pisaban.
Son estos nuevos inversores, los que entraron en Bitcoin a precios que rondaban los 6000 dólares, los que tienen más posibilidades de conseguir importantes beneficios si cuentan con la misma paciencia para mantener su inversión hasta el próximo rally de la criptomoneda.
Bien es cierto que los precios actuales están bastante por debajo de esa cantidad, pero esos nuevos inversores ya saben que Bitcoin es una apuesta a largo plazo. Ya han podido comprobar como la búsqueda de beneficios rápidos suele llevar al desastre, y han llevado a cabo sus inversiones con miras a recoger sus beneficios en un plazo mucho mayor.
Además los nuevos inversores en Bitcoin tienen una mentalidad algo más conservadora que muchos de quienes invirtieron en otras criptomonedas con la esperanza de que estas experimentaran subidas similares.
La mayoría de las criptomonedas han experimentado caídas en el valor de sus inversiones de alrededor del 90%, mientras que Bitcoin ha registrado una caída de aproximadamente un 70%.
Esto significa que Bitcoin, pese a sus limitaciones tecnológicas, sigue siendo la criptomoneda que más garantías y solidez ofrece. Estos inversores han entendido que si bien apostar por Bitcoin no va a suponer a corto y medio plazo retornos de un 10.000% como antaño, es un valor que difícilmente tenderá a cero, algo que no puede decirse de la mayoría de altcoins, las cuales se espera que desaparezcan en un 90% en los próximos 2-3 años.
Por lo tanto, como resumen puede afirmarse que el nuevo inversor de Bitcoin entiende que las criptomonedas en general son un bien de alta volatilidad, en la que pueden registrarse grandes pérdidas y grandes ganancias, pero que Bitcoin no es una inversión de la que cabe esperar beneficios de manera inmediata. Un perfil mucho más equilibrado y deseable que el que atrajo al gran público a invertir en plena fiebre por hacerse rico sin apenas esfuerzo.
