2018 fue un año marcado por la consolidación de los brókeres y casas de cambio orientadas principalmente al mercado minorista. 2019 se avecina como el año de su implantación definitiva en nuestras vidas, con la paulatina adopción de cada vez más y más medidas reguladoras, tanto de carácter voluntario como obligatorio.
En este artículo analizaremos de dónde venimos y hacia dónde vamos a nivel normativo en el apasionante mundo de las operaciones con criptoactivos y otros instrumentos derivados.
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Apalancamiento y RGPD: nadie se salvará de su cumplimiento este año
En 2018 ya era de obligado cumplimiento para todos los brókeres de criptomonedas y de Forex cumplir con las nuevas normativas europeas tanto de apalancamiento como de protección de datos. Pero lo cierto es que las autoridades europeas han hecho una cierta vista gorda durante los primeros meses de vigencia de estas normativas para darles un tiempo de gracia a los brókeres que se habían quedado atrás.
Este 2019 la cosa cambia y los controles serán muy estrictos y exhaustivos: las multas para quienes violen la nueva normativa de protección de datos o incumplan las nuevas disposiciones de apalancamiento para clientes minoristas podrían verse en serios apuros. Para ahorrarte disgustos, confía solo en los brókeres que ya cumplan todas estas regulaciones. Arriesgarse a utilizar uno que prometa muchas ventajas, pero que no se comprometa con el cumplimiento regulatorio, nos puede terminar saliendo muy caro.
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¿Autorregulación o regulación obligatoria impuesta por las entidades financieras tradicionales?
El pasado año asistimos a la imparable democratización de las operaciones con criptomonedas, en gran parte gracias a gigantes como Coinbase, Bittrex, Kraken, Gemini o Binance que permitieron por primera vez al gran público adquirir criptoactivos con unas garantías de seguridad casi totales (ya se sabe, ningún bróker o casa de cambio está nunca libre de algún tipo de hackeo).
Ante la ausencia de una normativa internacional o nacional, en aras de las buenas prácticas comerciales, los brókeres y casas de cambio más populares que negocian criptoactivos decidieron dar un paso adelante y crear un marco regulatorio autoimpuesto que brindase la seguridad necesaria a sus usuarios. Y es que muchos todavía tienen reciente la millonaria caída en desgracia de Mt. Gox en el año 2014, que a punto estuvo de llevarse por delante la incipiente confianza en la revolución blockchain que sucedía por aquel entonces, tras el hackeo multimillonario que sufrió.
Pero no hablamos solo de seguridad en materia de custodia de criptodivisas, sino que nos referimos también a seguridad jurídica, es decir, a garantizarles a los usuarios que sus activos están a salvo de cualquier problema con las autoridades reguladoras nacionales e internacionales. Esto se ha conseguido, principalmente, estableciendo detallados y exhaustivos sistemas KYC (know your customer – conoce a tu cliente), que al verificar minuciosamente la identidad de cada usuario permite evitar cualquier acción arbitraria por parte de las autoridades. Los gobiernos miran con cierto recelo todavía todo el mundo de las criptomonedas y les gusta agarrarse a la explicación del peligro que supone a nivel de blanqueo de dinero. Con estos procesos KYC se evitan estos problemas de manera clara y demostrable.
Otro modo de congraciarse con los organismos reguladores tradicionales es cerciorarse de que los criptoactivos ofertados en las plataformas de trading no violan las leyes sobre títulos bursátiles en cada país en el que operan. De este modo, el gigante Coinbase ha decidido adoptar una política de listado bastante restrictiva en la que hay poco huecos para tokens de ICOs por acarrear estos una inseguridad jurídica bastante significativa. Otro de los brókeres estadounidenses más importantes, Bittrex, ha decidido listar criptomonedas por zonas geográficas en función de los requisitos legales locales vigentes en cada una de ellas. Es otra buena manera de ofrecerle la mejor oferta y variedad posible al cliente sin poner en riesgo su modelo de negocio.
Un paso más este año 2019 a nivel regulatorio: el caso de los gemelos Winklevoss
Este año, los célebres gemelos Winklevoss y dueños del importante bróker Gemini, han decidido dar un paso adelante y han iniciado una campaña que hace oficialmente un llamamiento a las autoridades estadounidenses para que regulen definitivamente el criptoespacio. Consideran que este nuevo ecosistema tecnológico y financiero, al ser nuevo, requiere de las mismas regulaciones y protecciones para los inversores que hacen que los demás vehículos de inversión resulten atractivos. Y es que consideran que el entorno caótico que rodea a la industria blockchain no es bueno para los inversores, ya que impide la entrada masiva de nuevos capitales.
Pero no todo el mundo parece estar de acuerdo con el planteamiento de los gemelos Winklevoss. Para muchos entusiastas de las criptomonedas, la palabra regulación estatal chirría como pocas otras. Les salen sarpullidos de pensar en las limitaciones en innovación que acarrearían unas regulaciones férreas. Temen que la esencia libertaria del Bitcoin se vea mermada por los gobiernos nacionales y se termine viendo truncada su innovadora misión de descentralización de la riqueza.