El polémico presidente de Venezuela, Nicolas Maduro, anunció este 27 de Diciembre que un aproximado de 5,000 millones de barriles de petróleo (pertenecientes a las reservas de hidrocarburos de ese país), fungirían como garantía para su recientemente anunciada criptomoneda, el Petro.
El jefe de estado reveló más detalles sobre la mencionada divisa virtual, la cual refleja la primera incursión del gobierno venezolano en la tecnología blockchain, durante un acto oficial. “Aquí tengo el documento donde voy a oficializar la entrega del campo número 1 del Bloque Ayacucho, certificado, de la Faja Petrolífera del Orinoco, para que sea la base material de sustento en riqueza de la criptomoneda el petro.” dijo.
También se refirió al hecho de que existen muchas dudas y falta de conocimiento en el tema. “Todavía hay mucha gente que no sabe qué es eso, no se preocupe (…) tenemos que continuar explicando en qué consiste y sus beneficios.” Afirmó.
Poca expectativa por parte de los expertos
A pesar del hype que pudo haber generado esta criptomoneda (si tomamos en cuenta que fue anunciada en medio de una fiebre por estas monedas digitales), el Petro ha sido criticada por expertos y la comunidad en general, citando factores claves como verdadera descentralización, falta de confianza en ésta y su naturaleza, entre otros aspectos.
Para empezar, el Petro (por definición) no debería ser considerado como una criptomoneda, incluso si está basada en tecnología blockchain. Según el economista y ex ministro de Industrias Básicas y Minería, Víctor Álvarez, una criptomoneda es una divisa digital que no está respaldada o manipulada por una política fiduciaria, y su credibilidad depende de la seguridad de su plataforma, así como de su independencia de un banco central o gobierno, de modo que, si su emisión se centraliza en cualquier institución pública y se regula por, ejemplo, una superintendencia de criptomonedas, la gente pudiera temer que dicha moneda pudiera ser manipulada para cumplir con los intereses financieros del gobierno.
Otro factor que pone al Petro contra la pared, es la escasa confiabilidad de la que goza el gobierno venezolano, por parte de su pueblo y de la comunidad internacional en general, gracias a (entre otras cosas) un paquete de controversiales políticas en materia de economía, como un férreo control monetario que prácticamente imposibilita a los venezolanos para acceder, de forma legal, a divisas extranjeras (que son necesarias para comprar e importar productos de primera necesidad, como comida y medicinas), lo que los lleva a adquirir dólares en el mercado negro, inevitablemente trayendo como consecuencia la contribución a la depreciación de la moneda oficial del país caribeño, el Bolívar, que es emitida de manera desenfrenada por el banco central.
Una moneda puede ser cualquier cosa, pero sin confianza, se convierte automáticamente en nada.
