La regulación de la actividad de intercambio comercial a través de monedas digitales será un tema de constante discusión dadas las especiales características de estos medios de pago, como lo son su descentralización, el anonimato, y la publicidad de la cadena de bloques.
Un caso de reciente adopción de medidas regulatorias lo acaba de constituir Colombia. A través de la Superintendencia de Sociedades, ente regulador de la actividad comercial ene se país, Colombia declaró ilegales las monedas digitales, incluyendo bitcoin, afirmando que sólo se permite el peso colombiano para transacciones.
En este sentido Francisco Reyes Villamizar, Jefe de la Superintendencia de Sociedades, describió a bitcoin como un esquema de inversión “fraudulenta”, en el que los usuarios convencen a otros a comprar la moneda digital para “aumentar” el valor de la moneda.
Evidentemente no podemos estar en más desacuerdo con semejante postura, pero son realidades que ocurren y es bueno conocer cómo se percibe la actividad en torno a bitcoin, para bien o para mal.
Es claro que Villamizar no entendió nunca el concepto de Bitcoin. La gente está comenzando a tener ahorros en bitcoin para aislarse de las regulaciones gubernamentales poco prácticas y las políticas monetarias más desafortunadas.
Es importante tener presente que la rentabilidad de bitcoin y su valor son directamente atribuibles al mercado. No existe autoridad central que pueda controlar esta moneda digital. Su desenvolvimiento es completamente transparente y las transacciones se desarrollan en un entorno descentralizado donde los usuarios tienen plena libertad.
En realidad más manipulables para perjuicio de los ciudadanos son las monedas regidas por gobiernos. El valor del dinero en efectivo y de cualquier otra provisión de valor apoyada por el gobierno puede ser manipulada y alterada, como se ha visto en los últimos acontecimientos ocurridos en países como Venezuela e India.
Intentar regular o prohibir el bitcoin es algo simplemente inviable. Desde su introducción en 2009, el bitcoin ha sido declarado ilegal muchas veces. Muchos gobiernos han impuesto regulaciones limitantes y sin embargo el valor de bitcoin sigue aumentando.
Esto se debe a que Bitcoin es un sistema autorregulador. Los gobiernos podrían intentar regular, como en efecto ya ocurre, las plataformas de negociación de Bitcoin, los startups y los proveedores de servicios que trabajen con la moneda digital. Sin embargo, Bitcoin en sí no puede ser regulado.
