Puntos clave de la noticia:
- Analistas proyectan que los ETF de Bitcoin subirán a $180B-$220B en 2026 desde ~$147B, impulsados por mayor distribución y con el wrapper ganando estatus de estándar global regulado.
- BofA abre su canal asesor de $3.5T; Vanguard ofrece exposición a ~8M clientes; y el acceso vía 401(k) amplía el embudo.
- Amberdata cita que 80% de instituciones aumentará asignación y 59% apunta a más de 5%, plausible pero sensible al ciclo macro.
Los ETF de Bitcoin entran a 2026 con proyecciones de analistas que sitúan los activos entre $180,000 millones y $220,000 millones, un salto relevante desde alrededor de $147,000 millones hoy. El catalizador es la distribución: los canales de asesores se están abriendo y el alcance en plataformas se está ampliando con rapidez. El universo asesor de $3.5 billones de Bank of America ya puede recomendar ETF de Bitcoin, y Vanguard revirtió postura para ofrecer exposición a unos 8 millones de clientes. El siguiente tramo es jubilación: los ETF de Bitcoin pueden incorporarse a planes 401(k) y esquemas de contribución definida, ensanchando el embudo. El diálogo pasa de acceso a asignación.
Asesores, rieles de retiro y la matemática de asignación
Dom Kwok, ex analista de Goldman Sachs, sostiene que los ETF serán la vía principal para que nuevos inversores “prueben” cripto, porque el wrapper calza con custodia, compliance y reporting tradicionales. En términos operativos, eso importa: los asesores pueden insertar exposición en modelos, rebalancear de forma sistemática y explicar riesgo con un lenguaje de comité. El desbloqueo no es solo demanda retail, sino confort de gobernanza, ya que para muchos comités es más simple aprobar un ticker que un flujo onchain. Con los ETF entrando a menús 401(k) y otros planes de contribución definida, la distribución empieza a parecer product-market fit. A escala, no en piloto.
Mike Marshall, head of research en Amberdata, proyecta aceleración de capital institucional. Cita expectativas de encuestas donde más de 80% de las instituciones planea incrementar asignación a cripto, y 59% apunta a más de 5% del portafolio. Con ese marco, plantea que el AUM de ETF de Bitcoin puede avanzar hacia $180,000 millones a $220,000 millones. La lógica es aritmética: unos pocos puntos porcentuales, aplicados sobre balances grandes, componen rápido. Además, cambia el mix de comprador, desde trading táctico hacia exposición estratégica, donde mandatos y policy statements pesan tanto como el momentum. Por eso el rango es amplio, pero ejecutable.
Aun así, el camino a $180,000 millones no es lineal. Kwok señala que las instituciones se acercan a cripto para mejorar retornos y cubrirse frente a devaluación monetaria, pero ese encuadre aumenta la sensibilidad a drawdowns macro. Abrir acceso puede sostener contribuciones regulares, pero también habilitar un risk-off más rápido cuando los comités se incomodan. La prueba real en 2026 será la conversión: si las puertas recién abiertas se traducen en asignaciones durables en asesores, pensiones y plataformas retail. Si los flujos se sostienen, los ETF se consolidan como interfaz por defecto; si se enfrían, la tesis se posterga. En cualquier caso, la batalla hoy es distribución.
