El pasado martes, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó oficialmente la que se considera como la primera criptomoneda respaldada por las reservas petroleras de una nación, el Petro, a los mercados locales e internacionales, recogiendo 735 millones de dólares en sus primeras 20 horas, según lo anunciado por el jefe de estado.
Tan impresionante como parece ser esta proeza, lo es también la controversia que la rodea desde su concepción, la cual no ha mermado; al contrario, ha crecido más y más en los últimos días, conforme se van sumando más analistas y personas en general a los comentarios que se hacen sobre su ilegalidad o las verdaderas intenciones detrás de su creación.
A través de Twitter y los medios de comunicación masivos, varios economistas coinciden en que el proyecto solo generará más corrupción, argumentando como una de las razones, el hermetismo que hay respecto al procedimiento que tendrían que seguir los inversionistas para poder canjear tales monedas virtuales por las reservas petroleras en las que se sustenta. Según el economista venezolano, Jose Toro Hardy, el gobierno parece querer eludir las leyes de la economía con la creación del Petro. “Violar estas leyes básicas es como pretender violar la ley de la gravedad. Se van a estrellar”, advirtió.
Por su parte, el analista Luis Oliveros, señaló la intención de Maduro de obligar a las personas a comprar y utilizar las petromonedas, lo que no sólo es ilegal, sino también plantea un problema mayor. Dado que únicamente pueden ser compradas con divisas fuertes como el Dólar americano o el Euro, esto significaría que muchas personas sin acceso a éstas, se verán excluidas de poder usar dichas monedas digitales. Por lo tanto, no podrán adquirir productos o servicios que sólo puedan comprarse con éstas, como boletos aéreos, reservar habitaciones de hoteles, y otros suministros ofrecidos por las empresas públicas, asumiendo que Maduro logre obligarlos a aceptarlas como único método de pago.
Anteriormente este año, el gobierno de Estados Unidos advirtió de no invertir en esta criptomoneda, puesto que, según ellos, representa una forma de evadir las sanciones financieras y otras restricciones económicas impuestas al país caribeño. Cualquier ciudadano norteamericano, o extranjero, con propiedades y activos en territorio estadounidense, será objeto de acciones legales en el supuesto de ser descubiertos comerciando con petromonedas, por ejemplo, podrían cerrar sus cuentas en bancos norteamericanos, así como ver sus fondos congelados.
Aun así, Maduro y sus seguidores tienen altas expectativas en los beneficios que traerá el Petro. El abogado y oficialista, Juan Carlos Valdez, cree que les permitirá evitar el bloqueo financiero. “(…) la ventaja que nos otorga el Petro es precisamente la que no nos puede dar el Bolívar que es soslayar el sistema financiero internacional”, dijo durante una entrevista para un canal local de noticias.