Tailandia ha archivado sus planes de imponer una retención del 15% a las transacciones de criptodivisas tras recibir una fuerte oposición de los comerciantes. El país es uno de los mayores mercados mundiales de monedas digitales y el mayor del sudeste asiático.
Tras una reunión celebrada la semana pasada, el Banco de Tailandia, la Comisión de Valores y Bolsa de Tailandia y el Ministerio de Finanzas del país anunciaron sus planes de publicar directrices normativas para restringir el uso de los pagos en moneda digital.
Las organizaciones declararon que el uso de activos digitales para pagar bienes y servicios no proporcionaría beneficios significativos a los consumidores o a las empresas, pero también afirmaron que apoyaban el desarrollo de tecnologías financieras como el blockchain. Además, no desalentaban la inversión en estas tecnologías. Para ofrecer comentarios y sugerencias, instaron a los interesados a hacerlo hasta el 8 de febrero.
Sin embargo, los funcionarios fiscales del país anunciaron el lunes que cualquier persona que obtuviera ingresos por el comercio o la minería de criptomonedas podría declararlos como ganancias de capital en sus declaraciones de impuestos, en lugar de ingresos ordinarios.
También será posible para los comerciantes deducir sus pérdidas anuales de las ganancias obtenidas en el mismo año bajo las nuevas reglas. Las directrices se recogen en un manual publicado por el Departamento de Hacienda de Tailandia. Se trata de una respuesta a las inquietudes planteadas por los profesionales del sector, que habían expresado su preocupación por el hecho de que una fiscalidad excesiva acabara con un sector que está en sus inicios.
Desde el estallido de la pandemia de coronavirus, el comercio de bitcoin y otras monedas digitales se ha disparado en Tailandia. El país se ha visto especialmente afectado en sectores tradicionales como el turismo, que generaba alrededor de una quinta parte del PIB del país antes de que la frontera del país se cerrara a la mayoría de los viajes internacionales en 2020. Como resultado, el comercio de bitcoins ha crecido a un ritmo alarmante.
Los reguladores tailandeses han adoptado un enfoque cauteloso a la hora de regular las criptodivisas, tal vez como resultado de la terrible crisis monetaria y financiera que el país experimentó en 1997-98 como resultado de los flujos de dinero caliente.
Los esfuerzos por gravar y regular la criptodivisa en Tailandia llegan en un momento en el que otros países de la región intentan hacer lo mismo. Indonesia prohibió a las instituciones financieras promover o comercializar el comercio de activos de criptodivisas a partir de la semana pasada.
Singapur ha ordenado a las empresas de criptodivisas que dejen de vender o publicitar sus productos a los inversores minoristas, alegando que los activos digitales son muy peligrosos y, por tanto, inadecuados para el público en general.
Como ya se ha mencionado, las medidas previstas han sido criticadas por ir demasiado lejos, según sus detractores. David Carlisle, director de política y asuntos públicos de Elliptic, una empresa de investigación y análisis de activos digitales, compartió su opinión sobre el tema:
«Restringir los pagos con criptomonedas es innecesario. Con las salvaguardias adecuadas, los comerciantes pueden aceptar pagos con criptomonedas sin plantear riesgos excesivos y amplios que causen daños.»