Puntos claves de la noticia:
- Ricardo Salinas ve a Bitcoin como una reserva de valor crucial, independiente de bancos centrales y política.
- Cree que su oferta fija y descentralización protegen la riqueza de la inflación e inestabilidad monetaria.
- Argumenta que Bitcoin podría alcanzar ~$1 millón si asume un rol global similar al del oro.
Durante décadas, Ricardo Salinas, uno de los empresarios más influyentes de América Latina, construyó su fortuna a través de retail, banca, telecomunicaciones y medios. Sus compañías atienden a millones de personas en México y otros países, lo que consolidó su posición dentro del sistema financiero tradicional.
Sin embargo, su visión personal sobre el dinero tomó un rumbo distinto. A lo largo de los últimos diez años, Salinas adoptó una postura crítica frente a los activos respaldados por gobiernos y los instrumentos de deuda.
Esa desconfianza se profundizó tras los programas de estímulo aplicados durante la pandemia, los cuales, según su análisis, aceleraron la inflación y erosionaron el poder adquisitivo de los ahorros.
Desde su perspectiva, la expansión monetaria castiga de forma directa a quienes conservan capital en monedas fiduciarias, un problema recurrente en economías emergentes con antecedentes de crisis cambiarias. Frente a ese escenario, Bitcoin aparece como una alternativa sólida para proteger valor a largo plazo.
Salinas sostiene que, si Bitcoin logra ocupar el rol del oro como reserva de valor, su precio podría multiplicarse varias veces. En ese supuesto, la criptomoneda alcanzaría niveles cercanos al millón de dólares por unidad, impulsada por una mayor adopción y por la pérdida de confianza en el dinero tradicional.
El empresario ha reiterado que Bitcoin no depende de decisiones políticas ni de bancos centrales. Su oferta limitada y su diseño descentralizado lo diferencian de los activos que, en su opinión, pierden valor cuando los gobiernos recurren a la emisión excesiva.
Para Salinas, la comparación con el oro no resulta casual
Ambos activos cumplen la función de resguardar riqueza frente a la inflación, pero Bitcoin suma ventajas asociadas a portabilidad, divisibilidad y verificabilidad en un entorno digital. Si el mercado reconoce esas cualidades de forma amplia, el cambio en valoración podría ser profundo.
Aunque sus empresas operan dentro del sistema financiero clásico, su mensaje sobre Bitcoin refleja una visión clara: la protección del patrimonio exige opciones que no dependan del dinero fiduciario. En ese marco, Bitcoin se posiciona, según su análisis, como una pieza central del futuro financiero global.
