Puntos claves de la noticia:
- La cripto en 2025 pasó de la especulación a construir aplicaciones prácticas e infraestructura estable.
- Los desarrolladores a tiempo completo aumentaron, señalando una base de creadores más dedicada.
- En 2026, las DApps deben probar su utilidad y competir con plataformas Web2 en experiencia de usuario.
El cierre de 2025 muestra un panorama distinto para la industria cripto. El año no trajo un nuevo auge de las finanzas descentralizadas (DeFi) ni una ola de entusiasmo por los NFT, sino una transición gradual hacia la utilidad y la consolidación de la infraestructura.
El foco se desplazó de la especulación al desarrollo de herramientas con usos concretos, marcando el inicio de una etapa más pragmática para la tecnología blockchain.
Las aplicaciones descentralizadas (DApps) operan sobre redes blockchain, no en servidores centralizados. Mediante contratos inteligentes, permiten que los usuarios interactúen directamente con servicios financieros, de pagos, videojuegos o redes sociales, conservando mayor control sobre sus activos y datos personales.
De acuerdo con el Developer Report de Electric Capital, el número de desarrolladores cripto de tiempo completo —aquellos que contribuyen con código al menos diez días al mes— aumentó un 5% interanual, aunque el total de colaboradores bajó levemente.
La divergencia muestra que los participantes especulativos se retiraron, mientras que una base más reducida pero comprometida mantiene el ritmo de construcción a largo plazo.
En el ámbito de los videojuegos Web3, un informe de la Blockchain Gaming Alliance reveló que los desarrolladores ya no dependen de grandes alianzas externas, sino de mecánicas de juego sólidas, economías sostenibles e infraestructura eficiente.
La tendencia apunta a integrar inteligencia artificial, interoperabilidad y economías impulsadas por los jugadores, en lugar de esperar la adopción masiva por parte de las empresas tradicionales.
Los desarrolladores centran sus esfuerzos en la usabilidad y la regulación
Mientras 2024 estuvo marcado por la escalabilidad, 2025 se enfocó en la integración y la experiencia de usuario. Los desarrolladores trabajaron en la abstracción de cuentas, mejoras en el diseño de billeteras y canales móviles de distribución mediante redes como Solana Saga y The Open Network (TON), integradas con Telegram.
En paralelo, los reguladores de Estados Unidos, Europa y Asia establecieron marcos más claros para stablecoins, custodia y reportes fiscales, permitiendo a los desarrolladores operar con mayor certeza jurídica. El resultado fue un año de construcción silenciosa, donde las prioridades se centraron en consolidar los cimientos en lugar de buscar aplicaciones virales.
De cara a 2026, el desafío será demostrar si las DApps pueden atraer y retener usuarios sin depender de incentivos especulativos. Con la infraestructura madura, la atención se desplazará del desarrollo técnico a la adopción real.
DApps frente a las aplicaciones Web2
Durante 2026, las DApps deberán competir directamente con las aplicaciones Web2, priorizando la experiencia de usuario y la accesibilidad. La expansión de la abstracción de cuentas y los patrocinios de gas ya ha reducido las fricciones de entrada. Los usuarios ahora pueden iniciar sesión mediante credenciales sociales o billeteras MPC, eliminando la necesidad de frases semilla.
Además, redes de alto rendimiento como Solana y los rollups modulares de Ethereum han reducido la latencia de transacción a niveles cercanos a los de las aplicaciones tradicionales.
El surgimiento de agentes de IA capaces de interactuar con contratos inteligentes podría simplificar aún más la experiencia, haciendo que el uso de blockchain se perciba como el de cualquier otra aplicación.
Analistas anticipan que las DApps que logren ofrecer superaplicaciones modulares e interoperables, similares a WeChat o Grab, concentrarán la mayor cuota de usuarios. En ellas, los pagos, el ahorro, los activos de juego, los NFT y la identidad digital se integrarán dentro de una misma interfaz.
Si 2025 fue el año de construir la base, 2026 será la prueba definitiva para evaluar si esa infraestructura puede sostener la adopción cotidiana.
Los ecosistemas mejor posicionados para 2026
Ethereum mantiene su liderazgo en contratos inteligentes gracias a la actualización Fusaka, que mejoró la disponibilidad de datos y avanzó en la implementación de pruebas de conocimiento cero. Estas mejoras permitirán transacciones más baratas y rápidas sin comprometer la seguridad de la red.
Solana refuerza su perfil como red orientada al consumidor, ofreciendo transacciones subsegundo y experiencias móviles que emulan la fluidez de las aplicaciones Web2. Por su parte, The Open Network (TON) aprovecha la enorme base de usuarios de Telegram, creando un canal de distribución masivo difícil de replicar.
Más allá de las cadenas, los proyectos de infraestructura física descentralizada (DePIN) han cobrado relevancia al conectar la blockchain con actividades reales como el ancho de banda, la movilidad o la energía. Un informe del Foro Económico Mundial proyecta que este sector podría alcanzar 3,5 billones de dólares para 2028, impulsado por la adopción conjunta de blockchain e inteligencia artificial.
Las DApps enfocadas en creadores también avanzan hacia modelos de micropropiedad intelectual, regalías musicales y monetización impulsada por los fans, alejándose de la mera especulación.
Los ecosistemas que combinen escalabilidad, accesibilidad y relevancia cotidiana —más allá de la velocidad o el rendimiento técnico— serán los que definan un 2026 centrado en la utilidad real de las aplicaciones cripto.
