Puntos clave de la noticia:
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La Senadora Elizabeth Warren ha criticado las operaciones de minería de criptomonedas en Estados Unidos, argumentando que representan una amenaza para la seguridad nacional y la infraestructura energética.
- La senadora sostiene que una parte considerable de las instalaciones de minería está en manos de ciudadanos chinos y que podrían ser usadas para espionaje o para comprometer la red eléctrica.
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El apoyo a las legislaciones que Warren promueve está disminuyendo, como lo demuestra la retirada del senador Roger Marshall a un proyecto de ley sobre lavado de dinero en activos digitales.
En una reciente audiencia del Comité del Senado de Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos, la Senadora Elizabeth Warren criticó duramente las operaciones de minería de criptomonedas en Estados Unidos. Según Warren, estas instalaciones, muchas de ellas en manos de ciudadanos extranjeros, representan una grave amenaza para la seguridad nacional, el medio ambiente y la infraestructura energética del país.
Warren aseguró que una tercera parte de las instalaciones de minería en EE.UU. pertenecen a ciudadanos de la República Popular China, algunos con vínculos con el gobierno chino. Según ella, estas instalaciones podrían ser empleadas para espiar las operaciones militares estadounidenses y comprometer el suministro energético, dado que, en su opinión, su alta demanda de electricidad podría sobrecargar la red eléctrica y poner en riesgo la estabilidad energética del país.
Sin embargo, esta visión simplista no considera que el debate sobre el impacto ambiental de la minería de criptomonedas es mucho más matizado. Los estudios y datos disponibles sugieren que la minería puede tener un papel positivo en la gestión de la oferta y la demanda de energía, al aprovechar el exceso de energía durante períodos de baja demanda. Además, la narrativa de que estas operaciones son un riesgo inminente para la seguridad nacional ignora la complejidad y el contexto del sector.
Warren también sostuvo que inversores extranjeros utilizan criptomonedas para adquirir instalaciones de minería, sugiriendo que esto les permite evadir las regulaciones tradicionales contra el lavado de dinero. Citó el ejemplo de un inversor chino que supuestamente compró una instalación en Texas por $6 millones con criptomonedas. Aunque es crucial abordar el lavado de dinero, reducirlo a un problema exclusivo de la minería de criptomonedas puede desviar la atención de otras áreas del sistema financiero que también requieren supervisión.
Elizabeth Warren: Un Discurso Lleno de Nada
Es necesario entender los motivos escondidos detrás de las declaraciones de la senadora. En primer lugar y como es usual, un claro ataque a la libertad financiera de las personas, quienes eligen escapar a las garras de las finanzas tradicionales. En segundo lugar, justamente este punto encubre la ineptitud del país a la hora de establecer regulaciones adecuadas que favorezcan a la economía cripto y a sus usuarios, desviando el foco hacia un supuesto delito de lavado de dinero.
Las posturas de Warren se basan en argumentos simplistas que no suscitan ningún tipo de análisis profundo, sostener que China puede tumbar el sistema energético del país en base a la minería cripto es un planteamiento carente de sentido y basado en tintes políticos, buscando atacar tanto a China como a la industria cripto.
Además, el apoyo a las legislaciones propuestas por Warren está disminuyendo. El senador Roger Marshall retiró su respaldo a un proyecto de ley clave sobre lavado de dinero en activos digitales. Este cambio podría ser una señal de que los legisladores están cuestionando el enfoque restrictivo propuesto y buscan alternativas más equilibradas y basadas en evidencia.
El discurso de Warren es parte de una agenda contra las criptomonedas, que no esta ni remotamente alineada con la realidad del impacto de estas tecnologías. Es esencial que el debate se base en un análisis exhaustivo y no en una visión unilateral que pueda desinformar a los responsables políticos y al público en general.