Puntos clave de la noticia:
- Las compras de Treasuries por parte de la Fed impulsaron al oro más de $50 por encima de $4,325, llevaron a la plata por encima de $64 y apoyaron a las mineras, mientras Bitcoin cayó en lugar de subir.
- Schiff sostiene que, si Bitcoin fuera oro digital, la QE favorecería a BTC, pero el capital se movió hacia los metales mientras BTC se comportó como un activo de riesgo.
- Bitcoin ha caído más de 30% desde un máximo de $120,000 y rebotó cerca de $80,600; Schiff afirma que la ola de liquidez definirá si la QE favorece a los metales o a BTC.
Peter Schiff está aprovechando el último movimiento de liquidez de la Reserva Federal para reavivar su crítica de larga data a Bitcoin, sosteniendo que el regreso de las compras de Treasuries al estilo de la expansión cuantitativa ha desatado flujos hacia el oro y la plata mientras Bitcoin tropieza en la dirección opuesta. A medida que la Fed reanudó la compra de Treasuries y calificó la operación como una medida de liquidez, los mercados de metales reaccionaron de forma inmediata y contundente, convirtiendo un ajuste de política aparentemente rutinario en una nueva prueba para la narrativa de “oro digital” de Bitcoin.
Now that QE is back, gold and silver are off to the races. Gold is up another $50 this morning, back above $4,325, and silver is up over 70 cents, trading above $64.20. Not only is Bitcoin not the fastest horse in the race, it’s not even running. Time to put it out to pasture.
— Peter Schiff (@PeterSchiff) December 12, 2025
El oro y la plata suben mientras Bitcoin cae junto con los activos de riesgo
Según Schiff, el oro subió más de $50 en una sola sesión para recuperar niveles por encima de $4,325, la plata superó los $64 y las acciones mineras acompañaron el impulso, mientras que Bitcoin no logró captar capital de refugio. Para un crítico que ha pasado años contraponiendo los metales duros a las criptomonedas, la divergencia ofreció exactamente la acción de precio que esperaba, reforzando su visión de que los flujos ligados a la QE siguen priorizando al bullion frente a BTC.
La tesis central de Schiff es directa: si Bitcoin fuera realmente “oro digital”, entonces el nuevo crecimiento del balance de la Fed debería haber dirigido dinero hacia BTC y no hacia el bullion y las acciones mineras. En cambio, señala que el capital rotó hacia los metales mientras el índice dólar se debilitaba y Bitcoin caía junto con otros activos de riesgo, un comportamiento que, en su opinión, hace que el activo se parezca más a una apuesta especulativa que a una cobertura monetaria defensiva cuando cambian las condiciones de liquidez.
Reforzó ese punto en una publicación, alardeando de que con la “QE de vuelta”, el oro y la plata están “salidos de la casilla” mientras que Bitcoin “ni siquiera está corriendo”, comparando a la criptomoneda con un caballo agotado que debería ser enviado “al pasto”. Detrás de la retórica se encuentra un argumento familiar: en momentos en que los inversores buscan refugio ante la incertidumbre, Schiff cree que los mercados a menudo eligen reservas de valor tangibles por encima de las digitales, reforzando su escepticismo de larga data hacia la etiqueta de refugio seguro de Bitcoin.
La historia del precio le da aún más peso a su crítica. Bitcoin había caído más de 30% desde su máximo de octubre cerca de $120,000 hasta la zona baja de los $90,000, con vendedores empujándolo hacia $80,600 antes de que los compradores protagonizaran un rebote técnico. Schiff sostiene que este rebote es técnico más que narrativo, que los inversores ya no abrazan el relato de cobertura contra la inflación, y que la próxima ola de liquidez determinará si el capital asociado a la QE sigue favoreciendo a los metales o vuelve a Bitcoin a ojos de Schiff.