En días pasados el polémico presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la creación de una nueva moneda digital nacional, el PetroCoin. Entre varias justificaciones, Él cree que esta criptomoneda combatirá los efectos de las sanciones aplicadas por Estados Unidos contra varios funcionarios de su gobierno, y su malograda economía según él, por una presunta “guerra económica” encaminada por la Casa Blanca en contra del país tropical.
Ciertamente la situación económica en Venezuela está en caída libre total. La nación que alguna vez fue la más próspera de América del Sur ha descendido al caos en los últimos años a medida que el gobierno central se ha vuelto más autoritario, lo cual es de gran notoriedad. La moneda nacional, el bolívar, ha caído en valor en un asombroso 95.5% frente al dólar en el último año. Pero el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tiene una solución: la creación de una moneda digital nacional llamada PetroCoin o “Petro”, la cual, según sus declaraciones, estaría respaldada por las reservas de petróleo y otros minerales de la nación suramericana.
El presidente Nicolás Maduro culpa a los Estados Unidos de los problemas económicos de Venezuela, que ha impuesto sanciones al país socialista. Se supone que Petro está respaldado por las reservas de petróleo y gas del país, así como de diamantes y oro.
Según Maduro, el Petro serviría para entre otras cosas, avanzar en temas de soberanía monetaria, realizar transacciones financieras y superar el bloqueo financiero impuesto por Estados Unidos , y también avanzar hacia nuevas formas de financiamiento internacional para el desarrollo económico y social del país.
Sin embargo la mayoría de las personas no toman en serio la creación de la nueva criptomoneda. Por un lado, una de las características clave de la criptomoneda es su naturaleza descentralizada. Ser emitido por un gobierno central tipo deniega ese aspecto de la criptomoneda, desnaturalizándola en gran medida.
Pero sin duda el principal gran obstáculo que enfrenta Petro es el de la confianza. Muchas personas ahora aceptan Bitcoin, Ethereum y otras monedas digitales porque tienen fe en ellas. No se puede decir lo mismo del gobierno de Venezuela, que ha confiscado y nacionalizado muchas empresas e industrias en un esfuerzo aparentemente continuo para ver hasta qué punto pueden convertir al país en un verdadero infierno, lo cual cabe destacar han logrado con estruendoso éxito ya que Venezuela es hoy miseria, carencia de alimentos y medicinas, inflación galopante y una estampida histórica e inédita de ciudadanos huyendo de ese país.
No creemos que por más que se pretenda implementar e incluso usar la criptomoneda, ésta tenga éxito. El bolívar también está respaldado por reservas y no tiene fuerza. La confianza en un país dependerá de los niveles de producción y la riqueza que genere. Por ejemplo, las personas confían en el dólar para los niveles de riqueza asociados con él, y ello es una realidad incontrovertible.
Otro problema real que asesina al Petro antes de nacer, es su supuesto respaldo en petróleo. Venezuela tiene grandes deudas con China y Rusia, y ambos países toman sus pagos de la deuda en petróleo, lo que restringe severamente el suministro del país.
Es posible que el Petro nunca vea la luz del día, ya que el país es un caparazón de lo que una vez fue. La fuerte caída en el precio del petróleo ha paralizado la economía del país, y las políticas del gobierno han causado enormes estragos en la población. La confianza por demás es un factor del cual desde ya antes de nacer, la criptomoneda de Maduro no goza, ni creemos llegue a tener. El populismo hace así su primer intento de incursión en el espectro de las criptomonedas.
OnixCoin, la primera criptomoneda venezolana
Aunque El Petro sería la primera criptomoneda creada por el gobierno nacional, no es la primera iniciativa de este tipo en la tierra de Bolivar. El OnixCoin, una moneda virtual creada por un grupo de venezolanos emprendedores, está en circulación desde junio de este año, y se puede minar a través de su propio software, o comprarla por medio de la casa de cambio Yobit.net.
La misma se perfila como una herramienta alternativa de pago orientada a los mercados emergentes y las personas con escaso historial financiero, como bachilleres, profesionales recién graduados y emprendedores. Aunque su aplicación primaria sea en su país de origen, la ruta a seguir de esta iniciativa indica un alcance más allá de las fronteras venezolanas.
Impulsados por la misma crisis que está llevando al gobierno de Maduro a crear su propia criptodivisa, los responsables detrás del OnixCoin apuestan por un cambio “no solo en el sector bancario, sino también en la gobernanza y las libertades económicas de sus ciudadanos”, como ha afirmado en una ocasión uno de los cofundadores, Pablo Pérez.