Puntos clave de la noticia:
- El plan fiscal 2026 de Japón movería ciertas ganancias cripto a una tasa plana de 20%, reemplazando el esquema de ingreso misceláneo que puede llegar a 55%.
- El recorte aplicaría solo a “activos cripto especificados” operados por firmas registradas bajo la Financial Instruments and Exchange Act, con criptos mayores como probables elegibles.
- Las reformas suman un carry-forward de pérdidas por tres años desde 2026, refuerzan custodia y disclosures, y expanden productos tras un ETF ligado a XRP, con más fondos en evaluación.
Japón se prepara para recalibrar cómo grava las ganancias en criptomonedas, señalando un enfoque más amigable sin bajar la guardia regulatoria. Bajo el plan de reforma fiscal de 2026, las ganancias de ciertas inversiones cripto pasarían a una tasa plana de 20%, reemplazando el tratamiento actual como “ingreso misceláneo”. Esa clasificación puede llevar la tasa efectiva hasta 55%, un punto de fricción sostenido para inversores y participantes de la industria. Los responsables de política parecen acercar cripto a las reglas del mercado financiero tradicional manteniendo controles firmes, con el objetivo de reducir barreras al trading doméstico y al holding de mayor plazo. La propuesta marca un giro en la postura histórica de Japón.
Quién califica bajo la reforma
Durante años, las reglas fiscales cripto en Japón se han diferenciado de las aplicadas a inversiones tradicionales. Acciones y fondos de inversión cuentan con un régimen de tasa plana que aporta predictibilidad, mientras que las ganancias cripto han quedado sujetas a escalas progresivas del impuesto a la renta. La tasa plana de 20% busca cerrar ese desbalance y volver más sencillo modelar resultados para hogares y asesores. Al alinear las ganancias por activos digitales con la tributación de renta variable, el gobierno sugiere que cripto puede formar parte de carteras diversificadas, no solo de la especulación de corto plazo. Si se implementa, el cambio reduce un desincentivo que ha condicionado la participación y podría favorecer horizontes más largos.

El recorte no aplicará a todo el universo de tokens. La elegibilidad se limita a “activos cripto especificados” gestionados por firmas registradas bajo el marco de la Financial Instruments and Exchange Act. El diseño mantiene el beneficio dentro de un perímetro reconocido, de modo que los reguladores puedan dirigir actividad hacia activos establecidos y líquidos mientras sostienen una supervisión más estricta sobre tokens menos transparentes. Se espera que criptomonedas mayores califiquen, aunque las autoridades aún no publicaron criterios definitivos. En la práctica, el perímetro funciona como señal de mercado además de filtro de compliance. Ese límite podría influir en listados, custodias y due diligence.
El alivio fiscal viene acompañado de ajustes regulatorios, no de desregulación. Al encuadrar cripto bajo estructuras legales similares a las de instrumentos financieros tradicionales, Japón busca reforzar protección al inversor en custodia, disclosures y prácticas operativas. La reforma también incorpora un carry-forward de pérdidas por tres años desde 2026, permitiendo compensar ganancias futuras con pérdidas pasadas, un mecanismo común en acciones. Japón además está ampliando productos cripto, tras lanzar su primer ETF vinculado a XRP y considerar fondos adicionales ligados a activos aprobados. Reglas más claras podrían reducir la ansiedad regulatoria de los asignadores. La dirección es integración al ecosistema existente.



