Puntos claves de la noticia:
- Grandes bancos de EE.UU. prueban servicios de stablecoins y activos digitales.
- BlackRock cambia el sentimiento con su ETF de Bitcoin y bonos tokenizados.
- El plan de Coinbase de crear un «super app» financiera genera tensión con la banca.
Un cambio silencioso recorre a los mayores bancos de Estados Unidos. Crypto deja de ser un tema distante. Varias entidades ya prueban integraciones con stablecoins, herramientas de negociación de activos digitales y servicios de custodia cripto a puerta cerrada, según el CEO de Coinbase, Brian Armstrong.
Armstrong detalla estos pilotos privados durante una conversación en vivo en el New York Times DealBook Summit, donde comparte escenario con el CEO de BlackRock, Larry Fink. Años atrás, ambos mantienen posiciones opuestas sobre Bitcoin.
En la charla reciente, en cambio, coinciden en que los activos digitales ya cumplen una función concreta en las finanzas, aunque el apalancamiento todavía distorsiona los tramos de corto plazo.
BlackRock cambia el tono con su ETF de Bitcoin y la tokenización de Treasuries
El giro de tono alrededor de Bitcoin conecta de forma directa con los resultados de BlackRock. Fink ya no opina desde la barrera. Su gestora opera el iShares Bitcoin Trust (IBIT), un ETF spot de Bitcoin lanzado a comienzos de 2024 que se coloca como el mayor del segmento, con más de 72.000 millones de dólares en valor de mercado.
En paralelo, BlackRock impulsa la tokenización de bonos del Tesoro de EE. UU.. Datos de RWA.xyz atribuyen a la firma unos 2.300 millones de dólares en deuda pública tokenizada, por delante de otros emisores. Grandes bancos y gestores de activos usan ese volumen como ejemplo de cómo la tokenización se apoya en la renta fija tradicional sin desarmar por completo la infraestructura heredada.
Operadores institucionales leen estas cifras como una señal clara: los pesos pesados ya no debaten si Bitcoin o los activos tokenizados caben en una cartera. Presentan productos, miden la demanda e incrementan la exposición donde encuentran interés real.
Los bancos prueban herramientas cripto mientras buscan frenar a las stablecoins
Armstrong habla de cooperación con los bancos, pero también describe un pulso directo. Varios grupos financieros trabajan con Coinbase en integraciones de stablecoins, provisión de liquidez y custodia institucional. Al mismo tiempo, el lobby bancario intenta limitar el margen de las stablecoins y de Coinbase.
La tensión aumenta en agosto, cuando el Banking Policy Institute (BPI) —presidido por el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon— pide a los legisladores frenar el uso de stablecoins. El grupo advierte que una salida masiva de depósitos hacia productos basados en monedas estables puede reducir la base disponible para crédito empresarial y encarecer el coste de la financiación.
El punto más controvertido se concentra en la GENIUS Act. La norma impide que los emisores de stablecoins ofrezcan rendimiento directo. Sin embargo, plataformas como Coinbase sí pagan recompensas sobre USDC y otros tokens regulados.
Bancos describen esa estructura como un vacío legal que favorece a actores cripto frente a entidades con seguro de depósitos. Coinbase, por su parte, define la misma práctica como competencia abierta en un entorno supervisado.
La ambición de “super app” de Coinbase inquieta a la banca
Armstrong no oculta el objetivo de Coinbase. En una entrevista de septiembre con Fox Business, traza un plan para convertir la plataforma en una “super app” financiera. El diseño incluye pagos, tarjetas, programas de recompensas y servicios de crédito construidos sobre infraestructura blockchain, donde el usuario opera con cuentas cripto en lugar de cuentas corrientes clásicas.
El directivo señala las comisiones de tarjeta y los tiempos de liquidación como pruebas de que el esquema bancario tradicional se ha quedado atrás.
A su juicio, un modelo apoyado en stablecoins puede ofrecer pagos con menores costes y liquidación más rápida para comercios y clientes. Para la banca, esa arquitectura recorta ingresos por comisiones y debilita el control sobre la relación con el usuario final.
Desde esa óptica, el riesgo principal no proviene de un ETF de Bitcoin aislado ni de un fondo de bonos tokenizados. La amenaza nace de una plataforma cripto que concentra pagos, depósitos y productos con rendimiento en una sola interfaz y desplaza a la banca minorista del centro de la experiencia.