Puntos clave de la noticia:
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El vínculo entre Bitcoin y el oro interesa a inversores y analistas por compartir atributos de reserva de valor y ciclos variables.
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Entre 2010 y octubre de 2017, regresiones umbral y pruebas de causalidad de Granger revelan que había independencia, coeficiente β≈–0,51 y baja correlación.
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En octubre de 2017 un quiebre estructural invirtió la relación a positiva (β≈+0,27) y post‑2020 las IRF revelan interdependencia creciente
El vínculo entre Bitcoin y el oro ha sido objeto de estudio para analistas e inversores a medida que ambos activos han escalado a niveles históricos. Aunque comparten ciertos atributos de reserva de valor frente a la inflación y la incertidumbre económica, su conexión no sigue un patrón simple ni lineal. Estudios recientes evidencian que, antes de 2020, ambos activos operaban de manera prácticamente independiente, pero que, tras una serie determinada de eventos, comenzaron a mostrar dinámicas de respuesta mutua.
Perspectiva Pre-2017: Activos Independientes
Entre 2010 y octubre de 2017, el análisis de series diarias revela que el precio del oro ejercía un ligero efecto negativo sobre Bitcoin. Modelos de regresión umbral apuntan a un coeficiente negativo (β ≈ –0,51) y a una predicción marginal, lo que refuerza la idea de que BTC actuaba entonces como un activo especulativo, mientras el oro conservaba su función de refugio. El bajo nivel de correlación y la escasa causalidad de Granger durante ese período confirman esta independencia.
El Punto de Inflexión de Octubre de 2017
Un quiebre estadístico señalado por pruebas de estabilidad de parámetros y test de CUSUM ubica en octubre de 2017 el cambio de régimen entre ambos mercados. Desde ese momento, la relación pasa de negativa a significativamente positiva (β ≈ +0,27), señalando que aumentó el interés simultáneo por oro y Bitcoin como activos alternativos. Este cambio refleja una mutación en la percepción de BTC, que empieza a recibir flujos de inversores atraídos por su potencial de diversificación y por su tolerancia al riesgo.
Dinámicas Post-Quiebre y Post-Pandemia
El envión inicial de 2017 coincide con un boom de adopción de criptomonedas a nivel institucional. Sin embargo, un estudio que abarca hasta 2024 indica que, tras 2020, la intensidad de la interrelación crece de manera moderada. Las funciones impulso‑respuesta muestran que los choques en el precio del oro provocan reacciones más agudas en BTC y viceversa, con impactos de mayor duración. Aunque la correlación general se mantiene cercana a cero, la causalidad presenta indicios débiles de oro→Bitcoin, lo que apunta a una creciente interdependencia impulsada por factores macroeconómicos globales.
Factores Macroeconómicos Comunes
Tanto el oro como Bitcoin responden a la inflación, a las políticas monetarias y a los cambios en la liquidez global. El endurecimiento de las tasas de interés o la expansión de la base monetaria influye en la demanda de ambos activos. Las tensiones geopolíticas o la aversión al riesgo también ejercen presión de manera simultánea. En un entorno donde reina la incertidumbre, la búsqueda de alternativas fuera del sistema bancario tradicional potencia el papel de estas inversiones.
Invertir en Bitcoin y en Oro
Para quienes destinan parte de su cartera a activos de refugio o diversificación, entender esta relación resulta clave. Bitcoin aún exhibe mayor volatilidad y, a diferencia del oro, carece de un historial prolongado como depósito de valor. No obstante, su respuesta conjunta a eventos de mercado ofrece oportunidades de cobertura parcial. Mantener una exposición equilibrada, evaluar la temporalidad de los quiebres y ajustar la asignación según el ciclo económico puede mejorar la gestión del riesgo.
Conclusión
La relación entre Bitcoin y el oro avanza hacia un perfil más integrado, aunque aún conserva rasgos de autonomía. El quiebre de 2017 marcó el inicio de un vínculo positivo, reforzado tras la pandemia. No obstante, su evolución a futuro dependerá de los cambios en las políticas globales y de la madurez del mercado cripto. Comprender estos matices técnicos permitirá a inversores y analistas anticipar mejor la sinergia entre estos dos activos que convergen en la búsqueda de seguridad y diversificación.