Puntos clave de la noticia:
- Francia aprobó un impuesto que clasifica las criptomonedas como riqueza improductiva.
- La medida podría alejar inversores y frenar la innovación blockchain.
- Los legisladores defienden que busca una tributación más equitativa.
Francia ha dado un paso audaz al redefinir cómo se perciben los activos digitales dentro de su marco fiscal. Una enmienda recientemente aprobada ha clasificado las criptomonedas como riqueza improductiva, lo que ha provocado fuertes reacciones en toda la comunidad cripto. La decisión sitúa a quienes poseen activos digitales en la misma categoría que quienes mantienen capitales inactivos, modificando de forma significativa el panorama fiscal para los inversores.
El giro fiscal de Francia genera preocupación entre los inversores cripto
La enmienda, respaldada por miembros de la Asamblea Nacional de Francia, busca captar ingresos fiscales no explotados provenientes de activos digitales que no contribuyen directamente a la actividad económica. Bajo este nuevo marco, las criptomonedas estarán sujetas a un impuesto similar al de los bienes raíces y otros activos pasivos. Los legisladores sostienen que las tenencias cripto, cuando no se utilizan en actividades productivas como la financiación empresarial o la innovación, deben considerarse riqueza improductiva.
Sin embargo, la comunidad cripto ha expresado su alarma por el posible impacto sobre la innovación y la inversión. Críticos advierten que esta medida podría desincentivar la tenencia o el desarrollo de proyectos blockchain en territorio francés, impulsando a los inversores a trasladar su capital al extranjero. Algunos analistas señalan que la política corre el riesgo de frenar el progreso tecnológico en un momento en que los mercados globales avanzan hacia la digitalización.
A pesar de las críticas, los legisladores franceses se mantienen firmes en su postura. Alegan que gravar la riqueza cripto inactiva garantiza una mayor equidad en el sistema financiero, alineando los activos digitales con las formas tradicionales de capital. El gobierno insiste en que la medida no busca castigar a los inversores, sino promover una distribución más justa de la riqueza. Aun así, muchos en el ecosistema cripto la consideran un retroceso para la economía digital europea.
Con la enmienda en camino de implementación, la decisión de Francia podría sentar un precedente para otros países de la UE, transformando la manera en que se percibe y gestiona la riqueza digital. Por ahora, los inversores observan con cautela, evaluando cómo este nuevo impuesto afectará sus tenencias y al mercado cripto en general.
