Puntos clave de la noticia:
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El oro superó los $4.100 por onza y llevó su RSI al nivel de sobrecompra más alto en 45 años, mientras que BTC retrocedió 3,06% y ETH 4,43%.
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Pax Gold (PAXG) permite a los inversores vender BTC o ETH y adquirir tokens respaldados 1:1 por oro físico auditado y supervisado por el NYDFS.
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La popularidad de PAXG muestra la demanda de activos tangibles y regulados.
La jornada de ayer fue histórica para el oro, que superó los $4.100 por onza y llevó su Índice de Fuerza Relativa (RSI) al nivel de sobrecompra más extremo en 45 años, un fenómeno no registrado desde enero de 1980.
Este aumento parabólico responde a una aversión sistémica al riesgo, potenciada por las tensiones geopolíticas y la expectativa de políticas monetarias más laxas. La presión sobre los mercados tradicionales se refleja de inmediato en el ecosistema cripto, Bitcoin retrocedió un 3,06% y Ethereum un 4,43%, ya que hay una rotación de capital hacia activos considerados refugio de valor.
PAXG: El Oro en la Blockchain
Frente a esta dinámica surge Pax Gold (PAXG) como el nexo estratégico entre el metal precioso y los activos digitales. Cada token PAXG está respaldado 1:1 por una onza troy de oro físico, auditado y supervisado por el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (NYDFS). Esta estructura permite a los inversores vender BTC o ETH y adquirir PAXG en el mismo exchange, preservando la custodia de sus activos y la eficiencia transaccional de la blockchain.
El aumento del interés en PAXG evidencia que, incluso en un mercado innovador y volátil, existe una demanda fundamental de activos tangibles y regulados, especialmente durante ciclos de “vuelo hacia la calidad”. PAXG representa la posibilidad de acceder directamente al oro físico dentro de la infraestructura blockchain, ofreciendo seguridad, transparencia y liquidez.
Ya no Son Opuestos
Además, la febril situación actual del oro actúa también como un test de estrés para la narrativa de Bitcoin como “oro digital”. Aunque el metal físico sigue dominando la psicología del inversor en momentos de tensión, la existencia de herramientas como PAXG muestra que los mercados ya no perciben estos activos como opuestos, sino como partes complementarias de una estrategia financiera. La integración del oro físico en las finanzas digitales no solo permite diversificar carteras y aumentar la eficiencia, sino que es un fruto de la madurez del ecosistema cripto, capaz de absorber las dinámicas del mercado tradicional y ofrecer soluciones reguladas y líquidas para los inversores.
La frontera entre los activos más tradicionales del mercado y las criptomonedas se está difuminando, ofreciendo oportunidades únicas para todo tipo de inversores.