No cabe duda de que el advenimiento de las criptomonedas y la tecnología blockchain está comenzando a cambiar varios paradigmas conforme su adopción se va haciendo más latente y extensiva. Sin embargo muchos son los que aún no comprenden el potencial de las criptomonedas, y de su tecnología subyacente, por lo que esa barrera de falta de conocimiento juega en contra de una masiva adopción de las mismas.
La criptografía requiere seguir siendo adoptada por la gente para hacer de ella un recurso de uso frecuente en el día a día, pero para lograr esa adopción masiva es preciso comprender qué factores pudieran estar incidiendo en que eso aún no ocurra del todo. Uno de esos factores pudiera ser el género de los usuarios que hacen uso y vida en el espectro criptográfico.
Si algo está llamando la atención, es el número limitado de mujeres involucradas en el espectro criptográfico en general. Más que hablar de un número limitado de mujeres que se observa no solo a nivel de inversores y titulares de criptomonedas, sino también a nivel de innovadores y desarrolladores en el área blockchain, se trata de una presencia abrumadoramente masculina en todos los ámbitos de la criptografía. ¿Por qué estará ocurriendo esto?
En términos demográficos las mujeres son aproximadamente la mitad de la población mundial, y si como género se volcasen a usar criptomonedas en su cotidianidad, la masificación de éstas sería una realidad indiscutible, haciendo de la criptografía un recurso de soluciones del día a día de las personas.
Recordemos que la misión fundamental de bitcoin y de todas las criptomonedas es ser un método de intercambio de valor entre pares para permitir que las personas se desenvuelvan libremente fuera de los sistemas de gobiernos centrales y sistemas financieros existentes, sin sus cánones ni limitaciones.
Sin embargo observamos que este uso está aún en vías de ser una realidad cotidiana, y desde esa perspectiva, el éxito como método de intercambio de valor de las criptomonedas tal vez no se está alcanzando.
Naturalmente la adopción masiva de las criptomonedas supone que las compras diarias de las personas se puedan llevar a cabo mediante el intercambio de monedas virtuales, con la misma fluidez como si de dinero fiduciario se tratase.
Veámoslo de un modo pragmático; las mujeres realizan cerca del 70 al 80% de todas las compras de los consumidores cotidianas a nivel mundial. Si ellas adoptásen la criptografía como método cotidiano de pago, sin duda que el efecto multiplicador sería abrumador, y las criptomonedas superarían en breve al dinero fiduciario en muchos campos.
Desde la influencia en las decisiones de compra, hasta el método de pago, las mujeres son la población que más influencia tiene en cuanto a mercados cotidianos se refiere. Son las líderes indiscutibles de los mercados minoristas y del día a día, y para que las criptomonedas encuentren y establezcan su sitial en el comercio minorista, es preciso que exista una demanda por el uso y aceptación de las mismas ante los comerciantes, donde prevalezca el deseo de pagar con criptomonedas.
Esto para el éxito de la masificación de la criptografía, es uno de los elementos cruciales además. Y si se logra que las mujeres se familiaricen más con criptomonedas y blockchain no tardaría en ocurrir que esa masificación en el uso y aceptación de criptomonedas comience a arropar los mercados minoristas del mundo entero.