Blockchain y las criptomonedas han revolucionado el sector financiero y tecnológico durante los últimos años, desde su llegada, nuevos proyectos y aplicaciones han ido surgiendo día a día.
Bitcoin, que para los más veteranos en el sector siempre ha sido conocido como el oro digital, está comenzando a verse con buenos ojos por las grandes fortunas, siendo aceptado como refugio de valor.
Ethereum con sus contratos inteligentes y sus tokens ERC20, ERC721… ha brindado la oportunidad de tokenizar cientos de proyectos en su red, haciendo crecer rápidamente el ecosistema cripto.
Son de estos tokens, sus aplicaciones, contratos inteligentes y la gobernanza de lo que trata este artículo.
¿Cuántas aplicaciones más pueden surgir de esta tecnología?, ¿Conoceremos algún día sus límites y beneficios o irán creciendo generación a generación hasta lugares que no podemos imaginar?.
La Gobernanza descentralizada
La gobernanza descentralizada es una tecnología usada por muchos proyectos blockchain. Básicamente, se basa en que el poseedor de un token, tiene el poder de crear propuestas o votar en propuestas creadas por otros, en cambios que afectan al proyecto de dicho token.
Cuando el poseedor de un token crea una propuesta, el primer paso es exponerla a la comunidad, ellos la estudiarán y podrán votarla ya sea a favor o en contra, llegando así a un acuerdo consensuado.
Si el resultado al que se llega es a favor, la plataforma del proyecto en cuestión trabajará para realizar los cambios aceptados por los votantes y si el resultado es en contra la propuesta quedará invalidada.
El poder de votación de cada persona, suele depender de la cantidad de tokens en posesión, a más tokens más poder de voto.
En algunos proyectos también se usa la delegación de votos, donde una persona puede delegar su poder de voto a otra para que sea ella la que decida a que o a quien votar.
Veamos un ejemplo para entenderlo mejor
Imagina que tu país puede tokenizarse según su número de habitantes o más bien que cada persona de un país pueda ser tokenizada.
Donde un token se asocie a cada habitante del país en cuestión, por ejemplo, con su número de DNI, de esta forma el poder de voto de cada persona es igual ya que todos poseen el mismo número, es decir 1.
Estos tokens se otorgan al nacer y se destruyen al fallecer, quedando solo disponibles tantos tokens como habitantes tenga el país en cada momento.
Cada persona “es un token” y tiene el poder de proponer cambios para su país, y el resto de personas (que posean un token del país en cuestión) pueden votar a favor o en contra de dicha propuesta.
Por ejemplo, de esta forma, se podría hacer llegar a los políticos lo que realmente quiere el pueblo y donde ellos, como representantes de los habitantes de su país deberían hacer lo necesario para llevar a cabo cada propuesta aceptada con una mayoría de votos.
Para que los gobernantes no sean inundados por miles de propuestas, colapsando y causando largas esperas en las votaciones finales, podría hacerse un proceso de cribado, de esta forma solo llegarían las propuestas más aceptadas por el pueblo.
Una forma de conseguir esto, sería hacer un proceso de votaciones escalable, donde tras unas votaciones previas, solo lleguen los casos realmente aceptados por la mayoría.
Por ejemplo, si la propuesta es creada por el poseedor de un token en el barrio X, los habitantes de ese barrio, harán la primera votación, si es aceptada, la propuesta escalará y pasará a ser votada por los habitantes de la ciudad, si vuelve a ser aceptada, escalará y será votada por los habitantes del país… llegando así al gobierno una propuesta totalmente votada favorablemente y validada por los ciudadanos.
El siguiente paso, sería que el gobierno se ponga manos a la obra para realizar los cambios votados por el pueblo.
También funcionaria al revés, donde los políticos, en vez de hacer y deshacer a su antojo jugando con el poder que sus votantes les han dado, deberían exponer al pueblo sus propuestas, que serían aceptadas o no por los que realmente van a sufrir los cambios.
Tener el poder de decidir sobre las leyes que se aprueban o no, incluso decidir donde van a parar los impuestos que pagamos, serían 2 claros ejemplos de lo que se podría hacer.
Transparencia y accesibilidad
Votaciones generales sin papeletas, sin votos por correo, 100% transparentes, accesibles y sobre todo 100% reales, sin posibilidad de falsificar o duplicar votos, donde cada persona puede votar 1 sola vez (por propuesta) desde cualquier lugar del mundo y dicho voto será rastreable y verificable para poder ser autentificado en cualquier auditoria, evitando así las posibles dudas o problemas durante el recuento de votos.
Un recuento de votos que por otro lado sería automático, sin necesidad de que haya largas jornadas de conteo de votos por personas, que pueden equivocarse con bastante más facilidad que un programa informático.
¿Imaginas una votación para elegir al presidente de tu país con estas características?
Esto mismo puede extrapolarse a tu ciudad, pueblo, barrio o a las empresas, donde cada acción adquirida de una empresa tiene la equivalencia de 1 token, facilitando así la votación de las diferentes propuestas que se realicen.
Incluso puede usarse en tu comunidad de vecinos, donde el dueño de cada casa posee un token para votar o realizar propuestas de la comunidad, pudiendo hacerlo incluso sin necesidad de asistir a las aburridas reuniones de vecinos.
Los contratos inteligentes también podrían desempeñar su función en todo esto. Los representantes de cada país, durante las elecciones de la presidencia, podrán exponer sus candidaturas y añadirlas a un contrato inteligente.
¿Qué es un contrato inteligente?
Para el que no lo sepa, un contrato inteligente es un programa informático, donde el creador introduce una serie de acciones que deben cumplirse por una o varias partes en un plazo acordado, si estas acciones propuestas no se cumplen, el contrato inteligente no se ejecuta quedando invalido.
Así pues, cada propuesta expuesta en las candidaturas de cada partido político (que básicamente son los argumentos que dan para recibir los votos de los ciudadanos) debería ser cumplida o de lo contrario el contrato inteligente quedaría anulado, dando a lugar una sanción o incluso a una nueva votación que podría apartar del poder al partido que incumpla sus promesas.
De esta forma cada país sería dirigido por sus habitantes y el poder de un token se convertiría en el poder del pueblo.
Conclusión
Este, tan solo es solo un ejemplo de una de las aplicaciones que blockchain y las criptomonedas pueden traer a nuestras vidas.
Blockchain, no solo es bitcoin, estés a favor o en contra de las criptomonedas, es el momento de ampliar horizontes y ver más allá, ya que esta tecnología va a cambiar nuestras vidas y la forma que tenemos de hacer las cosas y debemos estar preparados.