Puntos clave de la noticia:
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Ethereum opera con un baja actividad: la red tocó un mínimo de 12 meses, las direcciones activas rondan las 170,000, una señal clara de retiro del usuario minorista.
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ETH cayó por debajo de los $2,850 en línea con la menor actividad, un contexto que suele reflejar agotamiento entre los vendedores, pero sin demanda nueva que sostenga un rebote.
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Sin minoristas ni flujos institucionales, la recuperación depende de que crezcan las direcciones activas; sin ese dato on-chain, el mercado queda atrapado en consolidación.
Ethereum atraviesa una fase de bajo pulso operativo que dice más sobre el comportamiento de los participantes que sobre el precio en sí.
La red cayó a un mínimo de actividad en 12 meses, las direcciones activas están acercándose a las 170,000. Ese nivel marca, de forma consistente en el historial on-chain, una retirada clara de los usuarios minoristas o una decisión colectiva de no operar.
Los Minoristas Se Retiran o Deciden No Operar: El Mercado Espera
El precio va alineado con el deterioro de la actividad de la red. ETH perforó los $2,850 en medio de una corrección general del mercado, pero la señal relevante no está en el gráfico, sino en la red. La ausencia del retail suele aparecer después de períodos prolongados de volatilidad y ajustes descendentes. El resultado es una caída en la participación diaria y un mercado dominado por la espera.
Si realizamos una lectura on-chain, este escenario suele coincidir con fases de agotamiento en los vendedores. La presión de venta pierde intensidad porque quienes querían salir ya lo hicieron. Sin embargo, la demanda nueva todavía no aparece. Ese vacío explica por qué el precio se estabiliza sin lograr una recuperación considerable. No hay flujos suficientes para impulsar un rebote sostenido.
La falta de participación minorista también limita el potencial alcista inmediato. En los ciclos previos, el mercado minorista fue el motor de los primeros tramos de recuperación. Sin ese componente, cualquier rebote queda expuesto a ventas rápidas y a rangos estrechos. Aun así, este mismo entorno de baja actividad precedió en varias ocasiones a procesos de acumulación silenciosa por parte de holders de largo plazo, que suelen operar cuando el ruido desaparece.
CryptoQuant es claro en este punto. El precio por sí solo no confirma una recuperación. La señal estructural llega cuando el precio se estabiliza y, en paralelo, las direcciones activas comienzan a crecer de manera sostenida. Esa combinación indica demanda real y un uso más intenso de la red. Si la actividad se mantiene estancada o continúa cayendo, aumenta la probabilidad de una consolidación más profunda o de una fase de destrucción de demanda.
La Actividad Institucional No Logra Traccionar una Recuperación
La actividad institucional tampoco aporta un alivio inmediato. Los ETFs spot de Ethereum registraron fuertes salidas, cercanas a los $225 millones en un solo día y nuevos retiros en las jornadas siguientes. La volatilidad en las acciones estadounidenses y la falta de señales claras desde la política monetaria siguen pesando sobre el apetito por riesgo.
El cuadro es incómodo, pero no excepcional. Ethereum opera en un entorno de debilidad de corto plazo, marcado por la ausencia de minoristas y la cautela institucional. Históricamente, estas condiciones aparecieron cerca de pisos estructurales. La diferencia la marcará la actividad. Sin ella, no hay recuperación sostenible.