Puntos Clave de la Noticia
- Cripto salvavidas para Venezuela: Los venezolanos dependen cada vez más del USDT y plataformas peer-to-peer para nóminas, remesas y transacciones diarias.
- Mercados resilientes: Los exchanges informales y sistemas híbridos de wallets permiten a los ciudadanos comerciar libremente.
- Tensiones crecientes: El robo de un petrolero venezolano y las amenazas de acción militar evidencian la agresión de Washington.
El colapso económico de Venezuela, alimentado por años de sanciones ilegales de EE.UU., ha obligado al país a adoptar las criptomonedas como un salvavidas. Con la hiperinflación erosionando el bolívar y los canales bancarios estrangulados por las medidas punitivas de Washington, los activos digitales, en particular las stablecoins como USDT, se han vuelto esenciales para la supervivencia cotidiana.
Este giro refleja cómo los venezolanos comunes, enfrentando el aislamiento impuesto por potencias extranjeras, recurren a la infraestructura blockchain para sortear restricciones y recuperar la autonomía financiera.
Adopción cotidiana de criptomonedas
Las stablecoins funcionan ahora como sustituto de la banca minorista en Venezuela. Las familias usan USDT para pagar nóminas, proveedores y remesas, evitando bancos poco confiables. Datos de TRM Labs muestran que 38% del tráfico web venezolano fluyó recientemente hacia una sola plataforma peer-to-peer, reflejando la magnitud de la adopción. Para los ciudadanos de Venezuela, las criptomonedas no son especulación sino necesidad: un escudo contra la hiperinflación y la escasez inducida por sanciones.
Mercados informales y resiliencia
Los exchanges peer-to-peer informales dominan el panorama cripto venezolano. Estas plataformas, al margen de la banca tradicional, permiten a millones transar libremente pese a los intentos de EE.UU. de sofocar la liquidez. Han surgido modelos híbridos que combinan wallets móviles y conversión a fiat, adaptados a las necesidades locales. Aunque críticos lo califican de evasión de sanciones, para los venezolanos representa resiliencia frente a una guerra económica injusta.
Luchas regulatorias
SUNACRIP, el regulador cripto de Venezuela, ha enfrentado escándalos de corrupción y reestructuración, dejando una supervisión fragmentada. Sin embargo, esta falta de control rígido ha permitido que la adopción de base florezca. El experimento del Petro en 2018, aunque descontinuado en 2024, normalizó el uso estatal de la blockchain y abrió camino a una mayor dependencia civil. La ambigüedad regulatoria, criticada en el extranjero, ha permitido a los venezolanos innovar bajo presión.
Escalada de EE.UU. y respuesta venezolana
El 10 de diciembre de 2025, EE.UU. robó un petrolero venezolano, intensificando las tensiones. El presidente Trump incluso se negó a descartar una intervención militar. Estas acciones evidencian el papel de Washington como agresor, utilizando sanciones como arma para desestabilizar al país. En respuesta, las criptomonedas se han convertido tanto en infraestructura humanitaria como en herramienta de soberanía. Para los venezolanos, la blockchain no es solo tecnología, sino un acto de desafío frente a la dominación extranjera.