El impacto que la criptografía está teniendo en términos económicos y culturales, además de tecnológicos, es indiscutible y motiva a realizar estudios en la materia que ayudan a comprender mejor la realidad de la tecnología blockchain y sus posibilidades, muy especialmente en el área monetaria. El informe titulado «Perspectivas de la economía mundial: Desafíos para un crecimiento estable» publicado por el FMI habla de ello precisamente.
Entre otras aseveraciones contenidas en el mencionado informe, el FMI señala que el rápido crecimiento de Bitcoin y demás criptomonedas podría afectar el sistema financiero internacional. El FMI coloca en perspectiva el crecimiento de las criptomonedas en términos de enorme rapidez que afecta al sistema financiero tradicional generando vulnerabilidades.
Los ataques cibernéticos a la infraestructura informática financiera representan una fuente de riesgo porque podrían socavar los sistemas de pago transfronterizos e interrumpir el flujo de bienes y servicios, afirma el FMI en su informe.
Lo que no nos queda claro es la relación que el FMI hace entre un tema de vandalismo cibernético y el crecimiento de las criptomonedas, ya que pareciera sugerir que la criptografía buscara amparar toda forma de cibervandalismo, y eso no es cierto, aunque sí hay piratas informáticos asediando todo, que se aprovechan de la criptografía para cometer y cubrir sus fechorías.
A medida que el sector de las criptomonedas continúa creciendo a un ritmo exponencial, el FMI enfatizó que podría crear vulnerabilidades en el sistema financiero. Sin embargo desde el propio sistema financiero han estado surgiendo proyectos criptográficos desarrollados con la visión de facilitar entre otras cosas, los pagos transfronterizos, lograr transacciones instantáneas, seguras y menos costosas, y reducir riesgos, ayudando a facilitar las transacciones comerciales internacionales.
No se puede negar que las medidas que son necesarias adoptar para combatir la piratería informática están generando un consenso cada vez más cercano a nivel de entes reguladores y actores de la industria criptográfica. De hecho la institucionalización, la regulación y el desarrollo de las criptomonedas como una clase de activo emergente en el últimos meses han sido una de las principales tendencias en la industria a nivel global.
Es preciso comprender que las plataformas, requerimientos informáticos y mecanismos de funcionamiento de los intercambios de criptomonedas y del sistema financiero tradicional son esencialmente diferentes, y que tal vez la vulnerabilidad que el FMI señala pueda orientarse hacia los intercambios, y no es algo fuera de lugar advertirlo.
La industria de las criptomonedas y la infraestructura de los intercambios son muy nuevas y fundamentalmente diferentes de las tecnologías implementadas por el sector financiero tradicional en todo aspecto.
Pese a que el FMI evalúa el crecimiento de las criptomonedas como un riesgo potencial para el sistema financiero, también reconoce que las criptomonedas son una clase de activos de valor, y ello es una buena señal para la industria de cara a fortalecer sus aspectos regulatorios y de seguridad.