A medida que entramos en 2024, la cripto industria todavía sufre la hostilidad y la incompetencia del gobierno de Estados Unidos. Los reguladores no han logrado brindar una guía clara y consistente para la regulación de las criptomonedas, dejando al sector en un estado de incertidumbre y confusión. Estados Unidos está rezagado con respecto a Europa y otras regiones, especialmente en el sudeste asiático, donde las regulaciones cripto son más progresistas y solidarias.
Cada año, la criptocomunidad espera lograr un gran avance en su relación con las autoridades estadounidenses. Pero esta esperanza siempre se ve frustrada por la inercia y la indiferencia del gobierno. La industria es ignorada por los candidatos presidenciales, que sólo ofrecen propuestas políticas y planes fiscales vagos y poco realistas. Los únicos puntos positivos son las iniciativas a nivel estatal, donde algunos gobernadores y legisladores están tomando medidas audaces para promulgar regulaciones significativas sobre activos digitales.
Este contraste pone de relieve el principal problema del sector: un Congreso disfuncional que ni siquiera puede ponerse de acuerdo para mantener al gobierno en funcionamiento. Las perspectivas de una legislación sobre criptomonedas son sombrías, especialmente en la Cámara de Representantes, donde los legisladores de ambos partidos afirman apoyar los proyectos de ley sobre criptomonedas pero no logran obtener ningún resultado. Uno de esos proyectos de ley es el que regulará a los emisores de stablecoins de Estados Unidos, que lleva meses estancado.
Los demócratas del Senado son aún peores, ya que sólo critican y demonizan las criptomonedas sin ofrecer ninguna solución. Es poco probable que cambien su postura en 2024, un año de elecciones presidenciales en el que las disputas políticas alcanzan su clímax, y corren el riesgo de alienar a sus votantes con una legislación controvertida.
La Regulación de las Criptomonedas Podría Empeorar sin su Principal Partidario
La situación empeora aún más por la inminente salida del partidario de las criptomonedas más influyente en el Congreso, el representante Patrick McHenry, ex presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes. Su salida plantea dudas sobre el destino de los proyectos de ley que ha estado defendiendo.
Mientras esperan nuevas leyes, la única esperanza de los líderes de la industria es obtener fondos cotizados en bolsa (ETF) de bitcoins al contado a principios de 2024. Esta decisión de la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) crearía fondos regulados de alta liquidez en los exchanges, una forma conveniente de invertir en criptomonedas y atraer más capital. Pero esto es un pequeño consuelo, dadas las batallas legales que la SEC está librando contra la industria.
La SEC está demandando a Coinbase, Binance y, recientemente, a Kraken, acusándolos de operar exchanges ilegales y no registrados. El núcleo de estas disputas es si los tokens negociados en estas plataformas son valores. El asesor general de Ripple, Stu Alderoty, predijo que el regulador seguirá perdiendo en los tribunales, preparando el escenario para un enfrentamiento en la Corte Suprema.
En conclusión, la cripto industria todavía se enfrenta a una pesadilla regulatoria en 2024. Es probable que la relación del gobierno de EE.UU. con el sector experimente algunos cambios importantes, pero es probable que las reglas del camino sigan en gran medida indefinidas.