Puntos clave de la Noticia
- Tras gastar £24 millones en investigación, el Banco de Inglaterra reconsidera sus planes para la libra digital debido a la fuerte oposición pública y temores de vigilancia.
- El presidente Andrew Bailey ahora prefiere depósitos tokenizados antes que una moneda estatal.
- A la par, nuevas normas limitarán la exposición bancaria a criptomonedas y reforzarán la supervisión de stablecoins, priorizando la innovación privada sobre una libra digital oficial.
Alguna vez presentada como un paso inevitable para «modernizar» el sistema monetario británico, la libra digital ahora parece más cerca del archivo que de los bolsillos cotidianos. Con más de 50.000 ciudadanos expresando preocupación por la privacidad y la vigilancia estatal, y críticos calificando el proyecto de innecesario, el Banco de Inglaterra empieza a virar. En lugar de lanzar una nueva moneda digital estatal, los funcionarios incentivan a los bancos comerciales a mejorar sus servicios de pago actuales, ofreciendo así ventajas similares sin crear riesgos adicionales.
El presidente Bailey defiende que transformar los depósitos tradicionales en versiones tokenizadas podría cubrir la demanda de pagos rápidos y seguros sin recurrir a una nueva moneda digital emitida por el Estado. Esta postura refleja el entusiasmo global menguante por las CBDC. Mientras el Banco Central Europeo sigue adelante con su euro digital, otras grandes economías, como Estados Unidos y Corea del Sur, han recortado proyectos similares en los últimos meses.
Preocupaciones De Privacidad Y Barreras Técnicas Debilitan El Apoyo
Muchos críticos advierten que una libra digital podría poner en riesgo la libertad financiera y abrir las transacciones al control gubernamental. El ex economista del Banco, Neil Record, calificó la iniciativa como un error costoso, recordando que la mayoría ya disfruta de cuentas digitales seguras y con intereses mediante bancos consolidados.
Las consultas también revelaron temores de que, en épocas de crisis, la gente pudiera refugiarse en libras digitales, drenando depósitos de los bancos comerciales y desestabilizando el sector financiero. Legisladores como Lord Forsyth consideran injustificado seguir destinando dinero público a un concepto sin beneficios claros cuando ya existen soluciones de pago probadas.
Supervisión De Stablecoins Gana Terreno
Mientras descarta la libra digital, el Banco de Inglaterra refuerza la regulación de dinero digital privado. Para 2026, nuevas normas basadas en Basilea limitarán la exposición de los bancos británicos a criptomonedas a solo el 1% de sus activos para protegerse de la volatilidad.
Bailey no descarta volver a debatir una libra digital si la tecnología o los hábitos de consumo cambian de forma drástica. Por ahora, Reino Unido parece más enfocado en modernizar la infraestructura financiera existente que en reinventar el dinero. Las voces pro-cripto ven este giro como una muestra de que los activos descentralizados y la innovación privada siguen siendo alternativas sólidas a proyectos estatales que no logran ganar confianza pública.