El Banco de Pagos Internacionales (BIS) ha presentado su ambiciosa estrategia para el 2024, destacando su enfoque en las Monedas Digitales de Bancos Centrales (CBDCs) y la tokenización.
Sin embargo, este énfasis en las CBDCs plantea cuestionamientos críticos, especialmente en lo que respecta a la esencia misma de las criptomonedas: la descentralización.
Las CBDCs, diseñadas para ser emitidas y respaldadas por los bancos centrales, representan un cambio significativo en el paradigma descentralizado que caracteriza a las criptomonedas como Bitcoin.
Mientras que las criptomonedas buscan eliminar intermediarios y empoderar a los individuos con un sistema financiero fuera del control gubernamental, las CBDCs refuerzan la autoridad central.
Este giro hacia las CBDCs plantea la pregunta fundamental:
¿Es posible mantener la descentralización en un mundo donde los bancos centrales buscan su propias CBDC?
Tras las pruebas de su sistema interbancario mayorista y el prototipo de CBDC minorista en 2022, el Project Aurum, en colaboración con la Autoridad Monetaria de Hong Kong (HKMA), entra en su siguiente fase.
El Project Aurum, explora la privacidad de los pagos minoristas mediante criptofiats, aunque presenta avances tecnológicos, también resalta las preocupaciones sobre la privacidad individual.
La recolección masiva de datos por parte de entidades centralizadas puede socavar la privacidad financiera, un aspecto crucial de las criptomonedas más tradicionales.
Project Promissa, resultado de la colaboración entre el BIS, el Banco Nacional Suizo y el Banco Mundial, tiene como objetivo digitalizar pagarés, una forma tradicional de compromiso financiero en papel.
La tokenización de promissory notes en Project Promissa, mientras promueve la innovación en la gestión financiera, también plantea dudas sobre la verdadera preservación de la información sensible.
Este énfasis en las CBDCs, aunque puede ser visto como una evolución natural en el panorama financiero, plantea el riesgo de socavar la filosofía original de las criptomonedas.
Además de los proyectos centrados en la tokenización y monedas fiduciarias digitales, el BIS presenta cuatro iniciativas adicionales – Project Leap, Project Symbiosis, Project Hertha y Project NGFS Data Directory 2.0 – abordando cuestiones de ciberseguridad, finanzas verdes y prevención del delito financiero.
Mientras el BIS avanza con su estrategia para el 2024, es crucial reflexionar sobre cómo la implementación de Criptofiats podría alterar el equilibrio delicado entre la innovación financiera y la preservación de los valores fundamentales del ecosistema blockchain.
La descentralización, que ha sido la columna vertebral de movimientos cripto, se ve amenazada por la creciente centralización impulsada por las CBDCs.
En un mundo donde las criptomonedas nacieron como un acto de resistencia contra el control centralizado, la adopción masiva de CBDCs podría llevarnos en una dirección opuesta.
Con la conclusión de la fase de prueba de Project Promissa prevista para principios de 2025 y la continuación de proyectos como Mandala, Pyxtrail y Cambridge, queda claro que el BIS está firmemente dedicado a las CBDC, la automatización y la experimentación en diversas áreas de esta materia.
