Poco después de que FTX se declarara en quiebra, el exchange sufrió un ciberataque que provocó el robo de tokens por un valor de 372 millones de dólares. FTX fue testigo de salidas anómalas de tokens por un valor de casi 700 millones de dólares en un plazo de 24 horas. La intrusión se consideró obra de un pirata informático externo. El rumor de que FTX estaba siendo saqueada por empleados hizo que la Comisión interviniera y tomara el control de activos digitales por un valor de 3.500 millones de dólares el 12 de noviembre. Estos activos fueron incautados poco después de que el exchange se declarara en quiebra.
Estos activos se retendrán hasta que el Tribunal Supremo de Bahamas ordene a la Comisión que los entregue a sus legítimos propietarios. Esta medida podría suponer inevitablemente un gran alivio para algunos clientes de FTX. El actual consejero delegado del exchange, John Ray, declaró que podría existir la posibilidad de que los clientes internacionales perdieran sus activos. La pérdida sufrida por estos clientes sería mayor que la de los clientes radicados en EE.UU.
Del mismo modo, el Departamento de Justicia de EE.UU. también ha iniciado una investigación penal contra los activos robados. La Comisión mencionó que Bankman-Fried y Gary Wang no tenían acceso al dinero incautado. Además, la Comisión mencionó incluso que no dio instrucciones a FTX para que diera prioridad a todos los posibles retiros de clientes de Bahamas.
LA COMISIÓN HABLA DEL FUTURO DE FTX
La Comisión tiene la intención de proseguir sus investigaciones sobre FTX. Esta investigación gira principalmente en torno a los factores que llevaron a la quiebra del exchange. Dicha investigación se llevará a cabo sobre la base de las indicaciones y directrices del Tribunal Supremo de Bahamas. Además, también se estudiaría la posibilidad de colaborar con otras autoridades supervisoras. El objetivo principal es salvaguardar los activos de FTX y proteger los intereses tanto de los clientes como de los acreedores.
Los 3.500 millones de dólares incautados se transfirieron a wallets digitales propiedad de la comisión y controladas por ella para su custodia. Es un hecho que algunos protocolos de tokens expresan la necesidad de quemar tokens antiguos y minar tokens nuevos simultáneamente para afectar a la transferencia. En el momento de la transferencia no se requería tal requisito. La Comisión también mencionó que aspira a promover la protección y la confianza de los clientes.
