La casa de cambio japonesa Coincheck, que sufrió un ataque cibernético en el que unos hackers se robaron 530 millones de dólares en monedas NEM, tendrá que enfrentarse a una demanda interpuesta por varios inversionistas el pasado jueves, quienes exigen a la compañía que reinicie las operaciones de retiro de todos los fondos.
La plataforma de criptocomercio ha sido demandada por un grupo de siete inversores, que interpusieron la misma ante la Corte del Distrito de Tokio, reclamando que la contraparte descongele los retiros tanto de dinero común como de criptomonedas, una medida preventiva tomada por Coincheck para mantener el resto de los fondos a salvo mientras trabajaban en los fallos de seguridad y en la investigación que se sigue llevando a cabo. También solicitaron un pago del 5% de interés anual sobre el valor de las monedas hasta que se resumieran tales operaciones.
Uno de los miembros de la parte demandante, un joven que invirtió 400.000 yenes en la mencionada casa de cambio, comentó que se encuentra a la expectativa de que la compañía actúe con celeridad en cuanto a esta materia. “Espero que Coincheck responda rápidamente y nos permita retirar”, dijo el afectado, agregando que seguirá invirtiendo en criptomonedas, pero en un lugar más seguro.
Acerca del robo
El ataque a Coincheck se considera como el robo más grande en la historia de las criptomonedas. Hace tres semanas, un grupo de hackers logró burlar sus sistemas de seguridad y se hizo con 500 millones de XEM (la moneda nativa de NEM), los cuales tenían un valor de 530 millones de dólares para ese entonces. Dichos fondos se encontraban almacenados en la cartera online de la compañía, la cual por su naturaleza, se mantiene conectada a Internet en todo momento, lo que la convierte en un blanco fácil para los piratas informáticos. Eso, y el hecho de que no habían implementado la tecnología multi-firma para evitar que las transacciones sin confirmar se procesaran, allanaron el camino para que los ladrones escaparan con la mencionada cantidad de dinero.
Tras el robo, la directiva de Coincheck publicó en su página web lo ocurrido y, entre otras medidas, anunciaron la suspensión de todos los retiros, con la intención de evitar mayores pérdidas. Este martes, reiniciaron las solicitudes para retirar yenes.
Con toda la cobertura mediática, el escándalo fue lo suficientemente grande como para llamar la atención de las autoridades japonesas, resultando en la ejecución de inspecciones in-situ a otras plataformas de criptocomercio, en busca de agujeros en sus protocolos de seguridad; así como también en la planificación de un marco legal que establezca una normativa para esta actividad.
Los siete integrantes de la parte demandante declararon que el próximo 27 de febrero, interpondrán otra demanda en la que pedirán una compensación en caso de que haya pérdidas en el valor de las monedas congeladas, mientras éstas se encuentren bloqueadas en la plataforma.