Puntos clave de la noticia:
-
La discusión sobre la computación cuántica se mueve al plano de la gobernanza, porque Bitcoin podría no lograr consenso para proteger monedas antiguas.
- Más del 30% del suministro de BTC lleva años sin moverse y quedaría expuesto cuando existan ataques capaces de derivar claves privadas de firmas actuales.
-
Otras redes ya tienen soluciones retrocompatibles, pero Bitcoin no cuenta con una vía sencilla para actualizar saldos sin comprometer direcciones previas.
La discusión sobre el impacto de la computación cuántica en Bitcoin avanza hacia otro ángulo. El debate ya no gira en torno a si la tecnología podrá romper las firmas actuales del protocolo, sino sobre cómo reaccionará una comunidad que opera bajo un sistema de gobernanza sin autoridad central.
El analista James Check plantea que el verdadero riesgo no está en el código, sino en la política interna de Bitcoin, porque la red difícilmente alcanzará consenso para congelar o invalidar monedas antiguas cuando los ataques cuánticos se vuelvan viables. Esa postura traslada la amenaza desde el plano técnico al plano económico, porque abre la posibilidad de que direcciones olvidadas, inaccesibles o simplemente inactivas terminen drenadas por actores maliciosos.
Más de un Tercio del Suministro de Bitcoin Permanece Inmóvil Hace Años
Los datos de BitBo muestran la dimensión del problema: un 32.4% de los BTC no se mueve desde hace cinco años y un 16.8% permanece inmóvil por más de una década. Parte de esas monedas podría pertenecer a usuarios que todavía tienen las claves, pero nadie sabe cuántas están efectivamente perdidas.
Si las direcciones actuales continúan sin actualizarse hacia esquemas poscuánticos, esos saldos terminarán expuestos cuando existan equipos capaces de derivar claves privadas a partir de firmas ECDSA o Schnorr. El analista Ceteris Paribus también sostiene que la cuestión central no es desarrollar criptografía resistente, porque el NIST ya estandarizó algoritmos para esa tarea, sino decidir qué hacer con el stock de monedas que nunca entren al nuevo sistema.
Devaluación, Migración o Ruptura de Principios
Adam Back ya había advertido que la comunidad tendrá que elegir entre permitir el robo de esos fondos o devaluar direcciones antiguas mediante un cambio en las reglas. Ninguna opción resulta neutra, porque la primera desencadena una presión de venta masiva y la segunda implica que Bitcoin abandone un principio básico de su diseño: las monedas correctamente custodiadas seguirían siendo válidas sin condiciones adicionales. Back incluso deslizó que una migración masiva serviría para verificar si las direcciones atribuidas a Satoshi Nakamoto siguen bajo control de alguien.

Otras redes como Sui, Cosmos, Near o Solana ya cuentan con pruebas de conocimiento cero que permiten migraciones retrocompatibles. Bitcoin, en cambio, no tiene una vía sencilla para proteger los saldos antiguos sin exigir una firma tradicional que exponga claves públicas. En ese escenario, la discusión sobre la computación cuántica se convierte en una prueba de coherencia para el modelo de gobernanza y el valor económico de sus monedas históricas.