Puntos clave de la noticia:
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Las stablecoins con intereses ya superan el 6% del mercado y podrían captar hasta la mitad si superan las trabas regulatorias.
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Tether y Circle ganaron $13.000M y $1.700M en 2024, pero su modelo empieza a verse amenazado por monedas que sí pagan intereses.
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Estados Unidos impulsa el Genius Act para prohibir las stablecoins con intereses, mientras firmas como Figure y BlackRock buscan atajos legales.
La industria cripto nunca se queda quieta. Aunque las grandes firmas como Tether y Circle llevan años dominando el mercado de las stablecoins, una nueva generación de activos digitales empieza a ganar terreno con una propuesta simple, pero contundente: pagar intereses a quienes los mantienen en su wallet. Y aunque su avance se está topando con algunas barreras regulatorias, su rápida adopción sugiere que podrían transformar la dinámica actual del ecosistema cripto.
Una Nueva Generación de Stablecoins
El concepto detrás de estas stablecoins con rendimientos es directo. En lugar de limitarse a funcionar como una herramienta para mover dólares tokenizados en la blockchain, estas monedas comparten con los usuarios parte del interés que generan las reservas que las respaldan. Esto las convierte, en la práctica, en productos híbridos entre un medio de pago y un instrumento de inversión de bajo riesgo.
Protocolos como Spark y Figure Markets están a la cabeza de este cambio radical. En particular, USDS —la stablecoin de Spark Protocol— ha crecido más de un 60% en los últimos tres meses, superando los $8.000 millones en valor de mercado. Si se mantiene esta tendencia, las stablecoins con rendimientos podrían pasar de representar el 6% actual del sector a ocupar una fracción mucho más considerable. Analistas de JPMorgan estiman incluso que podrían absorber hasta la mitad del mercado si logran sortear las trabas regulatorias.
El Negocio Millonario de las Stablecoins Tradicionales
El negocio de las stablecoins tradicionales es, por cierto, uno de los más rentables en el mundo cripto. Solo en 2024, Tether obtuvo $13.000 millones de ganancias por los intereses de sus reservas en bonos del Tesoro de EE.UU. Circle, por su parte, reportó ingresos por $1.700 millones. Sin embargo, su modelo empieza a verse cuestionado ahora que existen alternativas que comparten esos beneficios con los usuarios.
El Muro Regulatorio en Estados Unidos
Desde el lado regulatorio, la administración estadounidense bajo el mandato de Donald Trump ha mostrado simpatía hacia las stablecoins convencionales, aunque muestran ciertas reservas hacia las que ofrecen rendimientos. El avance del Genius Act en el Senado busca, precisamente, prohibir que los emisores de stablecoins paguen intereses, bajo el argumento de proteger a los consumidores y evitar riesgos adicionales en el sistema financiero.
Tether, que hasta hace no mucho era vista con desconfianza desde Washington, ahora respalda estas restricciones, alineándose de forma inesperada con la banca tradicional. Según la compañía, los productos que prometen rentabilidad añaden complejidad y posibles vulnerabilidades que van en contra de la naturaleza confiable que debería tener una stablecoin. Otros actores institucionales del sector financiero comparten esa postura.
Una Amenaza para la Banca Tradicional
Pero el argumento no convence a todos. Desde el ecosistema cripto, algunos ven en estas limitaciones un intento por proteger a los bancos tradicionales, que podrían perder depósitos si las stablecoins con intereses continúan expandiéndose. La posibilidad de que grandes volúmenes de capital migren desde cuentas bancarias hacia estos activos digitales que ofrezcan rendimientos inmediatos y sin intermediarios inquieta a más de un regulador.
Para sortear las restricciones que van apareciendo, algunas firmas ya exploran caminos paralelos. Figure Markets, por ejemplo, desarrolló un producto estructurado como un instrumento de renta fija pública que permite pagar intereses sin vulnerar las normas aplicables a las stablecoins. Por otro lado, BlackRock ha capitalizado esta tendencia con su fondo de tesorería tokenizada, BUIDL, que supera los $2.800 millones en activos y actúa como reserva para varias monedas digitales con rendimiento.
Lo Que Está en Juego
La liquidez sigue siendo, por ahora, la principal fortaleza de USDT y USDC, profundamente integradas en los principales exchanges de criptomonedas. Sin embargo, en un contexto marcado por los tipos de interés elevados y una demanda creciente por alternativas de bajo riesgo que generen retornos, cada vez resulta menos comprensible para muchos usuarios mantener activos que no producen ningún tipo de interés.
El futuro apunta a una posible división del mercado en tres categorías: stablecoins sin intereses reguladas dentro del perímetro bancario, stablecoins con rendimientos tratadas como valores financieros, y monedas digitales offshore destinadas a operar fuera del alcance de la legislación estadounidense. Un escenario complejo, pero inevitable.
La pregunta no es si las stablecoins con intereses van a consolidarse, sino cuándo, y qué impacto tendrán en la estructura actual del sistema financiero digital. Por ahora, lo único claro es que el terreno ya comenzó a moverse.